La psicoterapia es el tratamiento más común para los diversos trastornos psicológicos, pues consiste en utilizar estrategias y métodos terapéuticos que permiten al paciente modificar su manera de sentir, pensar y actuar, con el objetivo de controlar su condición. Sin embargo, dentro de los tipos de psicoterapia destaca una técnica muy particular, que incluso practican personas a las que no se les ha diagnosticado patología alguna, pues los beneficios que obtienen de ella son variados, esta es el psicodrama.
El término psicodrama fue acuñado por el psiquiatra Jacob Levy Moreno, quien a raíz de sus estudios en psicoanálisis decidió implementar la terapia de grupo, argumentando que los individuos que atraviesan situaciones parecidas pueden brindarse apoyo mutuamente y sentirse comprendidos entre sí, lo que garantiza un escenario propicio para abordar de manera directa sus problemas. Así pues, asoció la dinámica grupal con una obra teatral, debido a la similitud que encontró observando cómo se desenvolvían los pacientes en este tipo de encuentros, por lo que años más adelante fundó el teatro de la espontaneidad.
Según Levy, las palabras no son suficientes para transmitir aquello que se encuentra en el subconsciente, lo que hace necesario que las personas también expongan sus sentimientos a través de las expresiones artísticas, principalmente el teatro; ya que resulta más fácil que afloren todas las ideas y emociones que no se quieren rememorar, pero que son imprescindibles para comprender y tratar la situación del afectado. Al principio, el psicodrama empleaba únicamente el método de la improvisación, porque buscaba que las actuaciones representaran lo que los sujetos sentían y no podían explicar, pero con el pasar de los años se fueron realizando más estudios en el área e implementando nuevos recursos para optimizar los resultados y vincular a los integrantes del grupo.
En las sesiones de psicodrama pueden encontrarse individuos con patologías similares o diferentes, razón por la que se realizan diversas actividades en las que los participantes pueden dramatizar lo que han vivido ellos mismos o algún otro miembro del equipo, para así evitar que los encuentros se vuelvan monótonos y que los pacientes se enfrasquen en su problema. El método de permitir que una persona interprete las reacciones y emociones de otra, es de gran ayuda para que el afectado se visualice y considere si su manera de actuar es la más acorde o descubra pensamientos y sentimientos que no se han manifestado en la actuación, pero que vienen a su memoria cuando recuerda su experiencia.
A pesar de que no en todas las terapias de grupo se utiliza el psicodrama, generalmente se ejecutan muchas dinámicas propias de esta táctica o se da espacio a la retroalimentación por parte de los sujetos que integran el conjunto, siempre coordinada por un especialista. De igual forma, aunque el psicodrama se fundamentó en la idea de compartir e intercambiar opiniones entre sujetos que viven circunstancias similares, actualmente pueden emplearse sesiones en pareja o de manera individual; aún así, el objetivo que persigue sigue siendo tratar que los sujetos sean conscientes de sus emociones y conductas, para que puedan modificarlos gracias a las prácticas que han realizado en las dramatizaciones y finalmente adoptarlos en la vida cotidiana.
El psicodrama ayuda a que las personas conozcan mejor sus sentimientos, pensamientos y actitudes, frente a diversos escenarios reales o hipotéticos, y permite que puedan trabajar en aquello que les impide avanzar, les causa problemas o simplemente creen que pueden mejorar para vivir de una forma más próspera; por ello es considerada una actividad complementaria que cualquiera puede realizar. Sin embargo, sigue siendo una técnica de psicoterapia recomendada a pacientes diagnosticados con algún tipo de trastorno mental.
Individuos que sufren de depresión, ansiedad, bipolaridad, fobias, TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), TEPT (Trastorno de Estrés Postraumático), entre otras patologías, pueden asistir a sesiones de psicodrama que les serán de gran apoyo para enfrentar su situación y compartir con personas que también tienen una historia que contar mediante la acción teatral. Hay casos en los cuales esta técnica puede constituirse como el único tratamiento que el especialista recete al paciente, pero sucede sólo cuando la intensidad de la enfermedad es muy leve, de lo contrario, lo recomendable es que tomen las sesiones de psicodrama como complemento de otras terapias.
Existen miles de sujetos que cuando son diagnosticados con algún trastorno o enfermedad mental, entran en estado de negación, huyen del tratamiento y se convencen de que ellos solos pueden curarse, sin necesidad de recurrir a un psicólogo; en su mayoría porque temen que puedan tildarlos de locos. Una de tantas cosas positivas que tiene el psicodrama es que no parece un método terapéutico, pues la dinámica de las sesiones genera un ambiente empático y tranquilo en donde todos pueden ser ellos mismos, no sólo de palabra, sino también de pensamiento y acción, lo que en efecto es una buena opción para iniciar el proceso de recuperación.
Durante las sesiones de psicodrama se adopta un escenario y ciertos roles similares a los que se observan en el teatro, debido a que la idea de su aplicación nace justo con el análisis del desenvolvimiento de los actores sobre las tablas y el intercambio de información que tienen todos los involucrados en la obra, desde el director hasta el público. Por ello, esta técnica tomó algunos aspectos que consideró relevantes de la manifestación teatral y ubicó su significado dentro del contexto terapéutico, para justificar la existencia de cada integrante del grupo. En este sentido, los cuatro roles que se desempeñan en las sesiones de psicodrama, son los siguientes:
Director
También denominado psicodramista, es el moderador del grupo, el que determina cuáles son las actividades que se van a realizar y quiénes podrán participar en las escenas. En la mayoría de los casos este rol lo ocupa el psicólogo o psicoterapeuta, pues para poder tratar a cada sujeto de manera individual es de suma importancia que tome el control y la supervisión de las dinámicas, ya que de esta manera conoce las necesidades de las personas que frecuentan la terapia y evalúa el progreso que han tenido con el paso de las sesiones.
Protagonista
Es el paciente que en ese momento figura como personaje principal de la trama, a quien el director guiará e indicará lo que debe hacer, siempre enmarcando una situación o contexto específico para analizar la ejecución teatral que el sujeto va a desempeñar y la reacción que tendrán sus compañeros. Es importante destacar que en el psicodrama se emplean diferentes recursos, por lo que algunas veces el protagonista necesitará de la ayuda de otros actores para poder transmitir su mensaje.
Yo auxiliar
Son las personas que colaboran con el director y el protagonista para que las escenas se realicen con éxito, pueden ser individuos especializados en la rama de la actuación, otros psicodramistas o integrantes del mismo grupo de sesiones que estén autorizados por el protagonista y el dirigente para figurar como actores secundarios dentro de la trama. Generalmente, se permite que el personaje principal escoja entre las opciones quiénes lo acompañarán durante su presentación, con la intención de que pueda sentirse en confianza y dejarse llevar con fluidez; además de que analizar esa preferencia que tiene hacia algunos compañeros es un dato importante que debe ser considerado por el psicólogo, al momento de evaluar al paciente.
Público
Se encuentra constituido por todos los sujetos que presencian la manifestación teatral. En el caso del psicodrama el público juega un papel importante, porque en su mayoría está integrado por pacientes que atraviesan un proceso de recuperación, lo que permite que sus respuestas corporales y emocionales sirvan para que el especialista oriente el tratamiento individual de cada uno y logre profundizar en su memoria emotiva. Este tipo de memoria usualmente es la responsable de que las personas se atén a sentimientos negativos, pero cuando es tratada a profundidad, los individuos pueden aprender a controlarla para dar paso a nuevas experiencias positivas.
Cualquiera sea el rol que estén ejecutando los pacientes, siempre estarán siendo tratados por el psicólogo, pues el psicodrama no se limita a estudiar sólo la acción teatral del protagonista, sino que también toma en cuenta la impresión de todos los presentes y su aporte o retroalimentación, pues cada quien argumenta dependiendo de su propia experiencia.
Anteriormente el psicodrama sólo se presentaba como una técnica grupal, debido a que surgió de las obras de teatro donde intervenían diferentes actores y se evidenciaban diversos roles durante la manifestación artística. Sin embargo, en la actualidad existen tres tipos de sesiones de psicodrama, las cuales son recomendadas por los especialistas dependiendo de las necesidades del paciente, estos son:
Psicodrama individual
Mayormente conocido con el nombre de psicodrama bipersonal, se caracteriza porque el paciente es el único actor y protagonista de su trama, lo que origina que reine la espontaneidad. En este tipo de terapia suele utilizarse utilería con frecuencia, pues a falta de personajes secundarios los objetos pasan a tomar características humanas, adquiriendo personalidades o contextualizando situaciones que afloran las emociones del individuo, para que este pueda ejecutar una buena acción teatral que transmita lo que verdaderamente siente en el fondo de su ser y no puede explicar sólo con palabras.
Psicodrama en parejas
A estas terapias asisten en gran medida parejas amorosas, aunque también se conocen casos de padres e hijos o hermanos que tienen graves problemas para tolerar sus actitudes, pero la característica principal es que siempre son personas que están vinculadas con fuertes lazos emocionales y sienten la necesidad de sanar su relación para eliminar los sentimientos negativos que se presentan en alguna etapa de su vida. En el psicodrama en parejas suelen emplearse casi todos los roles, a excepción del público, pues los pacientes se intercambian el papel de protagonista y yo auxiliar en las diferentes sesiones; de igual forma, cuando se necesita de más actores, se disponen ciertos objetos que representen su presencia.
Psicodrama grupal
Tal como se concibió el psicodrama desde su inicio, con varias personas que estén en tratamiento de alguna patología psicológica, dispuestas a mejorar y aportar su experiencia para que otros pacientes superen su condición, siempre mediante el desempeño de los diversos roles que se presentan en el teatro y la conducción de uno o varios especialistas; los cuales se aseguran de que los recursos técnicos, actividades y dinámicas empleadas vayan en consonancia con la intensión de cumplir los objetivos individuales y grupales de los sujetos que asisten a la terapia.
El tipo de sesiones de psicodrama que determine el psicólogo como tratamiento para algún paciente, dependerá de su personalidad, carácter y temperamento, así como de la naturaleza e intensidad de su patología y de la capacidad que tiene para afrontar la situación ante otros sujetos, aún sabiendo que la mayoría también padece de algún trastorno psicológico. En caso de ser dos los involucrados la recomendación inmediata es el psicodrama en pareja, siempre que ambas partes estén dispuestas a asistir, sino el terapeuta evaluará el contexto y tomará otras medidas.
Todas las sesiones de psicodrama se caracterizan por seguir la misma estructura, independientemente de que sean individuales, en pareja o grupales, esto para mantener presente la cualidad de tratamiento psicológico dentro de un ambiente que es muy similar al teatro, tanto en sus términos como en la manera de presentar las escenas. En este sentido, el orden que se mantiene es el siguiente:
Calentamiento
En esta primera fase los individuos se reencuentran y comienzan a entablar conversaciones, lo que permite que se conozcan y sientan un ambiente ameno; mientras esto sucede, el director escucha y canaliza los temas que se están tratando, con el objetivo de seleccionar uno que dé apertura a la actividad del día. De esta manera, es más fácil que los pacientes intervengan y se desenvuelvan con espontaneidad, pues ellos mismo son lo que han traído la temática a colación, ya sea a través de un comentario, una experiencia propia o ajena vivida antes de la sesión. A veces, cuando el grupo se encuentra tenso y no fluyen las ideas, el dirigente realiza algunas dinámicas para que los individuos rían, se sientan cómodos y puedan desarrollarse las escenas.
A pesar de que las personas que se encuentran en un mismo grupo pueden tener patologías diferentes, las situaciones que enfrentan día a día en su entorno académico, familia o laboral, pueden ser muy similares; sobre todo por las emociones negativas que presentan, las cuales siempre se identifican por la tristeza, ira, miedo o ansiedad, que manifiestan durante su actuación en el psicodrama.
Actuación
Una vez que ha culminado el calentamiento se da paso a la segunda fase, en la cual se seleccionan los pacientes que van a actuar, algunos como protagonistas de sus respectivas obras y otros para que los acompañen como yo auxiliar. En algunas oportunidades el director dejará a los protagonistas diseñar su escenario, la trama y personajes secundarios, mientras que en otras tomará el mando y coordinará toda la obra; esto motivado a que en el psicodrama el psicólogo debe evaluar a los individuos mediante su desenvolvimiento espontaneo y posteriormente modificar los pensamientos, conductas y emociones que no son apropiados al contexto señalado.
En el psicodrama se emplean diversos recursos técnicos que brindan dinamismo a las sesiones y logran alcanzar objetivos particulares, incluso si se abordan los mismos temas varias veces, pues las diferentes maneras de tratarlos permitirá que cada actividad sea única, lo que resulta importante para que las personas poco a poco cambien la percepción que tenían en un principio sobre algún acontecimiento, sentimiento o concepto, que las mantenía atadas a emociones negativas. Entre estos métodos o recursos, se encuentran: el monólogo, soliloquio, espejismo, intercambio de roles, entre otras actividades que son de gran utilidad para llegar a comprender la razón por la que cada paciente actúa, siente y piensa de determinada forma.
Compartir o eco grupal
Cuando se culmina el período de actuación, todos los pacientes vuelven a su posición inicial, tal como estaban durante el calentamiento, para proceder a dar sus impresiones con respecto a la trama, manifestar sus sentimientos y contar anécdotas que hayan recordado al observar la puesta en escena de sus compañeros. Esta puede considerarse como la fase más importante del psicodrama, en cuando a técnica terapéutica se refiere, porque es donde realmente hay una integración entre los asistentes a las sesiones y una retroalimentación múltiple que permite a todos los involucrados aprender sobre sí mismos y sobre las situaciones que los rodean.
Es la fase en la cual ocurre la verdadera sanación de los participantes, gracias a la que pueden salir a su rutina con una nueva visión de la vida y con ganas de asistir al próximo encuentro. Generalmente las sesiones de psicoterapia suelen desarrollarse una vez por semana, con una duración aproximada de dos horas, aunque el tiempo y la regularidad varía dependiendo del grupo y las necesidades de sus integrantes.
Dramatización descriptiva
Es el tipo de dramatización más común dentro del psicodrama, porque generalmente se aplica cuando el paciente siente la necesidad de representar mediante la manifestación teatral algo que le sucedió en el pasado, un problema que tiene en el presente o un conflicto interno que le impide avanzar. Al realizarse la dramatización descriptiva el director cede a los requerimientos del protagonista, con el objetivo de que este exprese lo que siente de la manera en que lo visualiza, desde su propia consciencia. También es empleada cuando los participantes no encuentran palabras para transmitir sus ideas o tienen que tomar una decisión importante y no saben explicar su posición frente a determinado hecho.
Dramatización exploratoria
Al contrario de la anterior, en la dramatización exploratoria el especialista es quien debe guiar totalmente al paciente, pues lo que se busca es descubrir la causa de su enfermedad y para ello es preciso ahondar en todos los aspectos de su vida, con la intensión de entender cómo piensa y siente. En este sentido, el director se encarga de hacer una especie de interrogatorio, el cual debe ser respondido por el protagonista mediante la escenificación. En la mayoría de los casos este tipo de dramatización se utiliza cuando un nuevo individuo se integra al grupo, aunque a lo largo del tratamiento es posible que el psicodramista tenga que volver a recurrir a él.
Dramatización expresiva
Por naturaleza toda dramatización debe ser expresiva, sin embargo este tipo hace referencia es a la exageración que deben emplear los actores para lograr que sus emociones afloren, al igual que la de las personas que se encuentran en el público. En la mayoría de los casos es el psicoterapeuta el que indica que este es el tipo de dramatización que se debe realizar, una vez que escoge el tema a tratar durante la sesión, pues usualmente es empleado cuando se desea observar las reacciones de todos los individuos y compartir sus experiencias en la fase de eco grupal.
Dramatización elaborativa
Se utiliza cuando el psicólogo o terapeuta quiere que se vuelva a escenificar una situación que ya fue dramatizada o que se expuso de forma verbal durante la fase del compartir, pero nunca se dio espacio a la acción dramática. El director puede solicitar que se realice este tipo de dramatización por diferentes razones, pero la principal es para conocer la evolución que han tenido los participantes con respecto al tema abordado en la obra, esto es de gran ayuda para determinar si el tratamiento está surtiendo efecto o si se debe hacer un ajuste en la metodología que se está aplicando durante las sesiones de psicodrama.
Dramatización defensiva
Este tipo de dramatización consiste en enfrentar a los pacientes con su mayor miedo: los temas y personajes que evita al momento de la acción dramática. Es común que dentro del grupo se observen patrones, individuos que se entusiasman con algunas temáticas o que siempre quieren representar a personajes con cualidades similares; a veces eso puede interpretarse como un avance, pero la verdad es que es todo lo contrario, el paciente lo que intenta es escudarse y no encarar su verdadero temor, por lo que el especialista debe percatarse de ello y elaborar el escenario propicio para que este tenga que cambiar de posición con otro interprete. Sin duda, es uno de los tipos más importantes, porque se ejecuta después de que el director ha estudiado las conductas repetitivas de todos los integrantes del grupo.
Dramatización demostrativa
En muchas ocasiones los pacientes no son conscientes de las emociones que esconden ni de los motivos que lo llevaron a padecer de un trastorno psicológico, pero es trabajo del psicólogo ayudarlo a descubrir las respuestas a todas las interrogantes que este se plantee. Para ello, la dramatización demostrativa se encuentra dentro del psicodrama, pues esta propone que a los participantes se les presenten diversos temas y escenas, casi al azar, para observar cómo se desenvuelven.
Existen casos en los cuales la aplicación de este tipo de dramatización ha despertado la memoria emotiva del afectado, originando que tanto él como el especialista comprendan la razón de su patología, por lo que se considera muy efectiva. A pesar de que puede llegar a confundirse con la exploratoria, la demostrativa tiene características que la diferencian, como la aleatoriedad en la escogencia de las tramas.
Soliloquio
Se emplea en el psicodrama como una técnica discursiva, con el objetivo de que el paciente exprese todo lo que siente y opina con respecto a un tema que le sea asignado por el director o que surja por su iniciativa. Consiste en una disertación personal, en la cual el protagonista debe ignorar la presencia del público para concentrarse y manifestar exactamente lo que pasa por su mente en ese momento; la idea de aplicar este recurso en las sesiones de psicodrama, es que los individuos se liberen de las situaciones que los atan, y sientan la libertad de poder hablar y expresarse corporalmente como quieran, sin que alguien los esté controlando. El soliloquio suele confundirse con el monólogo, sin embargo, la diferencia entre ambos radica en que el último va dirigido a una audiencia.
Intercambio de roles
Es uno de los recursos más utilizados en el área de la psicología, porque permite que las personas figurativamente se coloquen en los zapatos de otras, situación que lleva a comprender el comportamiento de las mismas y contribuye a disminuir los prejuicios. Esta técnica también se aplica en el psicodrama con la intención de que los pacientes observen cómo percibe el resto del equipo sus actitudes, pues es una manera de canalizar los aspectos que se deben mejorar; de igual forma, hay ocasiones en las cuales el director puede pedir a los participantes que imiten las conductas positivas, para así reforzar el autoestima de los involucrados y motivarlos a seguir con el tratamiento.
Espejismo
Su aplicación es similar a la del intercambio de roles, porque se persiguen los mismo fines, pero la diferencia se encuentra en que en el espejismo es sólo una persona quien va a imitar las acciones de la otra, sin emitir juicios de valor ni agregar gestos que no hayan sido ejecutados por el protagonista. Puede hacerse al mismo tiempo, para que el individuo que reproduce los movimientos se sienta verdaderamente obligado a realizar las acciones que el otro efectúe, lo que representa las ataduras que tiene en su interior y no lo dejan desenvolverse con libertad; o también puede realizarse de manera atemporal, para que el actor principal observe desde un punto de vista objetivo cómo fue su actuación y la analice.
Multiplicación dramática
Es una técnica propia del psicodrama, la cual consiste en recrear una escena principal, considerada en este caso como original, que puede ser diseñada por el director o por alguno de los participantes. Dicha trama luego debe ser ejecutada por todos los integrantes del grupo, quienes podrán modificar las palabras y expresiones que se realizaron la primera vez, pero no cambiar la intención de la escena ni sus características principales; esto permite diferenciar la personalidad de los pacientes, determinar qué parte del drama fue considerado más importante para cada uno y en qué momento hicieron énfasis, entre otros aspectos que abordará el psicólogo durante la fase del compartir.
Cada día son más las personas que se suman a sesiones de psicodrama, algunas porque la toman como un tratamiento psicológico y otras porque les parece que es una buena manera de emplear su tiempo libre. Sea cual sea la razón, así se tenga un trastorno o enfermedad mental o no, esta técnica tiene un efecto terapéutico que no se compara con ninguna otra, pues reúne lo mejor de la terapia cognitivo-conductual y las estrategias grupales.
Entre los beneficios que encuentran las personas que practican el psicodrama, se destaca la disminución del estrés, motivado a la segregación de la endorfina, hormona que libera el cuerpo cuando se encuentra a gusto, riendo y experimentando emociones positivas, por lo que también se conoce como hormona de la felicidad. Asimismo, hallan en el psicodrama la oportunidad para recrearse, socializar y ayudar a que otros individuos superen fuertes situaciones de vida, mientras que ellos también colaboran en alegrar su día.
Aprender a expresarse, actuar con espontaneidad, prestar mayor atención a los pequeños detalles, disminuir la ansiedad y las preocupaciones, son otros beneficios que disfrutan las personas que acuden a sesiones de psicodrama, pues se acostumbran a ver la vida como lo que es, un escenario, en el cual el único actor y director son ellas mismas. Cuando los pacientes logran curar su patología con ayuda del psicodrama, generalmente no vuelven a recaer, porque le toman tanto aprecio a esta técnica que se quedan colaborando con el grupo o siendo portavoces de la misma, para que más personas se sumen a ella y comiencen a conocerse, desde adentro hacia afuera.
Psicólogos de México expertos en psicodrama