¿No disfrutas de la vida? Quizás padezcas Anhedonia

En el día a día de cualquier persona, lo más común es que esta sea capaz de disfrutar de varias actividades agradables que suele hacer con frecuencia, como reunirse con sus amigos, salir a pasear, practicar algún deporte, e incluso la vida en sí misma suele proporcionar ese grado de satisfacción mínimo necesario para sentirse a gusto.

¿Pero qué pasa cuando estos estímulos comienzan a no producir el mismo agrado que antes? En algún momento y por diferentes circunstancias, es posible dejar de sentir el mismo placer por las cosas que sí solían provocarlo antes. En casos así, se debe considerar la posibilidad de padecer anhedonia, la incapacidad para disfrutar de los placeres de la vida.

¿Qué es la anhedonia?

La anhedonia es un trastorno derivado de otras patologías, como la depresión, el trastorno esquizoide de la personalidad y la demencia, que consiste básicamente en la pérdida de la capacidad en sentir placer o cualquier otro tipo de satisfacción por las experiencias agradables de la vida, en los ámbitos psíquico, físico y social.

La anhedonia es un síntoma de otros trastornos psicológicos

El placer es un sentimiento relativo a los gustos de cada persona, que sólo pueden ser establecidos de manera individual, tanto así que incluso podrían estar definidos por la cultura y tradiciones en las que esta se desenvuelva; lo que para unos puede producir un alto grado de satisfacción, para otros no, ya que simplemente no sienten y nunca han sentido los mismos gustos. Por lo tanto, solamente se puede hablar de anhedonia cuando el afectado pierde la capacidad de sentirse a gusto con las cosas que siempre le han hecho sentirse bien, como por ejemplo su comida favorita, el deporte que solía practicar o algún otro hobby o actividad que realizaba, por el simple motivo de disfrutarlo.

En este mismo orden de ideas, también se debe tomar en cuenta que la anhedonia se puede dar en dos circunstancias: la primera, cuando ninguna experiencia de la vida proporciona algún tipo de satisfacción, y la segunda, cuando esta sensación se manifiesta en casos puntuales.

Quienes sufren de anhedonia suelen pasar por sentimientos de desánimo y abatimiento, producto de la incapacidad que padecen de sentir algún placer por lo que hacen, lo cual les conlleva a generar un desgano por cualquier actividad en la que pueda participar, apatía por salir con sus amigos, y hasta un rechazo hacia las relaciones afectivas y el sexo; en general, el individuo prefiere pasar el tiempo sin hacer ninguna actividad, ya que sabe que nada le hará sentirse a gusto.

Tipos de Anhedonia

La anhedonia no siempre se manifiesta mediante la incapacidad de disfrutar de absolutamente nada en la vida. En muchas ocasiones, son tan solo algunos estímulos los que podrían dejar de proporcionar el mismo nivel de placer de antes, y el grado de afectación en el estado de ánimo del individuo podría variar dependiendo de diferentes factores.

En primera instancia, tenemos a la anhedonia total, que es precisamente aquella que se manifiesta en la incapacidad para disfrutar ninguna de las actividades que se realizan, e inclusive llega al extremo de rechazar la vida misma, por la que el individuo no siente ni el más mínimo afecto. Este tipo de anhedonia es el más grave de todos.

Por otra parte, cuando la anhedonia afecta la percepción de placer en tan solo algunas de las actividades que se realizan, se pueden determinar las llamadas anhedonias parciales, que no es más que la incapacidad de sentirse a gusto en un reducto de experiencias que anteriormente resultaban ser muy gratas y satisfactorias. Dentro de esta tipología, se pueden reconocer además otras dos subclases de la anhedonia.

  • Por un lado, la anhedonia social es aquella por la cual la persona afectada no disfruta ninguna de las actividades de índole social en las que tenga la oportunidad de participar, ya que el contacto con otras personas comienza a parecerle hasta molesto; esta situación incluye las relaciones con sus viejos amigos, con quienes tanto se compenetró en el pasado. La anhedonia social puede producir un fuerte aislamiento, ya que el individuo prefiere mantenerse alejado y en soledad.
  • La otra subclase de anhedonia parcial es la anhedonia física. Este trastorno se manifiesta con la disminución del placer obtenido a través de cualquier estímulo físico, siendo el más común los vinculados al disfrute por la comida, y por las relaciones sexuales, aunque básicamente se encuentra en esta categoría cualquier estímulo físico por el cual se ha perdido el gusto, como los deportes y el ejercicio. Las consecuencias se derivan del tipo de estímulo que resulte afectado, pudiendo generar otros trastornos como los de carácter alimenticio, pérdida de peso, disfunción eréctil, etc.

Adicionalmente, también es posible clasificar la anhedonia según el grado con el que el individuo siente afectado su nivel de percepción de placer en relación a aquellos estímulos por los que precisamente ya no se siente igual. Es por esto que se puede clasificar la anhedonia en dos tipos: la anhedonia motivacional y la anhedonia consumatoria.

Por una parte, la anhedonia motivacional se produce cuando el individuo ya no siente ningún tipo de deseo ni motivación por realizar aquellas actividades que solían ser placenteras en el pasado. Por lo general, lo que antes le estimulaba e impulsaba a tener iniciativa, ya no proporciona el mismo entusiasmo, y de esta manera la persona prefiere no participar en dicha actividad.

Por otra parte, la anhedonia consumatoria, es la que afecta propiamente la percepción de placer durante la realización de actividades, especialmente aquellas que sí proporcionaban un alto nivel de disfrute anteriormente. En estos casos, el individuo accede a participar en la actividad, pero lo hace igualmente sin ninguna motivación, lo cual perturba su estado de ánimo y desenvolvimiento.

Dentro de todas estas clasificaciones, es importante tomar en cuenta que es posible medir todavía más el grado de anhedonia que un individuo tenga, ya sea en cualquiera de estos tipos, debido a que no siempre la incapacidad de disfrute es total hacia el estímulo que se ve afectado, sino que a veces tan solo se sufre una disminución del placer obtenido, con el que se puede determinar la gravedad de la anhedonia padecida.

Síntomas de la anhedonia

La anhedonia es un trastorno que se hace muy fácil de diagnosticar, tan solo observando ciertas características o actitudes que se manifiestan cuando una persona se ve afectada, y que incluso van apareciendo cada una como consecuencia de la otra. En primera instancia, tal como ya se han mencionado, el principal síntoma es el de la incapacidad de experimentar placer ante las cosas que antes sí lo generaban; cuando alguien realiza alguna actividad y no siente la gran satisfacción que le acusaba anteriormente, lo más seguro es que se encuentre atravesando un cuadro psicológico de anhedonia.

Debido a este síntoma, aparece un segundo indicio, que es la pérdida del interés por realizar dichas actividades. Este síntoma de apatía no es propiamente una pérdida de interés por cualquier cosa, sino precisamente por aquello que antes sí llamaba la atención y que ahora, gracias a la falta de satisfacción, pasa a ser indiferente para el individuo.

Esta misma falta de interés, origina en la persona un estado de inactividad, que puede comenzar con dejar de realizar ciertas actividades, pero que con el tiempo podría convertirse en una condición de inactividad total, momento en el cual la anhedonia adquiere un grado de gravedad bastante considerable, porque el individuo ya no siente satisfacción con prácticamente nada.

En este punto, se hace evidente que la persona con anhedonia sufre de una fuerte disminución de la capacidad para expresarse, razón por la cual se le hace prácticamente imposible expresar cualquier tipo de emociones positivas, básicamente porque no es capaz de experimentarlas. Además, comienza también a sufrir de aislamiento, ya que prefiere la soledad antes de compartir con otras personas, como familiares y amigos, lo que le conduce a ver muy afectadas sus relaciones interpersonales.

Junto a todos estos síntomas, propios del estado de ánimo, también podrían manifestarse otros de carácter fisiológico, como por ejemplo falta de apetito, por no sentir ningún placer por la comida, lo que podría desencadenar algún trastorno alimenticio; problemas sexuales, debido a que ni siquiera el sexo estimula al individuo, por lo cual aparecen otros trastornos como la disfunción eréctil y la anorgasmia; falta de energía y atención, porque la misma inactividad conlleva a que la persona realice cada vez menos cosas de manera activa, afectando su energía y concentración; y, en general, un estado de malestar e inapetencia psicológica y física que afecta completamente a quien padece de anhedonia.

Causas de la anhedonia

La anhedonia tiene un origen sobre todo fisiológico, ya que esta ocurre debido a una alteración en el cerebro que impide la generación de dopamina, una sustancia que es la responsable de las sensaciones placenteras del organismo. En vista de esto, para muchos especialistas, la anhedonia en sí misma no es considerada una enfermedad como tal, sino un síntoma que se origina como consecuencia de otros trastornos psíquicos, que aparece en los pacientes que los padecen.

El principal detonante de anhedonia es la depresión, un trastorno que provoca en los pacientes un estado de insatisfacción que no le permite sentirse motivado por nada, así como tampoco son capaces de expresar ningún sentimiento positivo. Las situaciones de estrés y malestar emocional pueden conducir rápidamente a la anhedonia por depresión, pero es posible que este estado disminuya a medida que la enfermedad vaya desapareciendo. Básicamente, la anhedonia es uno de los principales síntomas al momento de realizar un diagnóstico de depresión.

Las otras enfermedades por las cuales la anhedonia es un síntoma común, son la ansiedad, la esquizofrenia y la adicción a las drogas, esta última especialmente cuando el paciente se encuentran en un estado de abstinencia, así como también aquellas personas que han vivido una situación traumática o la pérdida de un ser querido, ya que su cerebro bloquea completamente los sentimientos positivos, lo cual les lleva a no sentir ningún placer mientras persista la condición de estrés postraumático o duelo, respectivamente.

Adicionalmente, existen otras condiciones que una persona podría experimentar en su vida, por las cuales exista la posibilidad de desarrollar un cuadro de anhedonia. Estas son:

  • Sentimientos de culpa cuando se experimenta un estado de bienestar o felicidad, propiciado por la infelicidad o algún tipo de sufrimiento por el que estén atravesando otras personas a su alrededor.
  • Haber desarrollado una necesidad de éxito desmedido, que le impulse a estimar una situación ideal de manera errónea, que produzca altos niveles de ansiedad.
  • Represión de las emociones positivas en la infancia, debido a una crianza o educación sometida a altos niveles de disciplina.
  • Eventos traumáticos vividos en la infancia, que le hayan impedido conocer o reprimir los sentimientos de felicidad.

¿Cómo se diagnostica la anhedonia?

Teniendo en cuenta que el origen de la anhedonia se encuentra en las fallas de la generación de dopamina por parte del cerebro, en la actualidad no existe un método claro y preciso para determinar por qué ocurre esto, así que el diagnóstico de la anhedonia solamente se puede realizar en el campo de la psicología clínica.

Este diagnóstico debe ser realizado por un profesional de la salud mental, ya sea psicólogo o psicoterapeuta y también es conveniente acudir a un psiquiatra si la situación es grave produciendo un bloqueo total de la vida de la persona afectada. El profesional será quien debe evaluar en el paciente la capacidad de sentir placer por los diferentes estímulos físicos y emocionales por los que podría pasar en una situación normal. Para esto, cuenta con las escalas de Chapman, las cuales consisten en dos cuestionarios que permiten determinar el grado de anhedonia que padece un individuo, y las causas por las que se manifiesta.

Cada cuestionario está orientado a responder a preguntas de carácter fisiológico, el primero, y social, el segundo. Con el primero, el especialista podrá determinar la capacidad del paciente por experimentar el placer físico, y así establecer un grado de padecimiento en ese ámbito.

Con el segundo cuestionario, es posible diagnosticar y establecer las causas de origen social que ocasionan la anhedonia, ya que permite determinar cómo se siente el paciente al momento de interactuar con otras personas, y así conocer con exactitud cuál podría ser el trastorno que produce la anhedonia, ya sea depresión, esquizofrenia, algún trastorno de la personalidad, etc.

Tratamiento de la anhedonia

Tomando en cuenta que la anhedonia no es una enfermedad como tal, sino un síntoma que se manifiesta a raíz de otros trastornos, lo primero que se debe hacer es realizar un diagnóstico acertado de qué enfermedad es la que la está produciendo, para así proporcionar un tratamiento adecuado a la situación de cada paciente. En este sentido, a medida que la patología que produce la anhedonia vaya desapareciendo, también remitirá la anhedonia que afecte al individuo, y este recuperará el entusiasmo y las ganas de retomar las actividades que le causaban placer.

Como superar la anhedonia

Sin embargo, los síntomas propios de la anhedonia se pueden tratar de diversas maneras. Uno es el tratamiento farmacológico adecuado, por medio del cual se puede recetar algún antidepresivo que ayude a disminuir sus síntomas. Por ejemplo, si la anhedonia es causada por depresión, cuando el paciente logre superarla, también comenzará a sentir placer por las cosas; o si es producida por la abstinencia en casos de drogadicción, una vez que supere este problema, también superará la anhedonia.

Por otra parte, se puede recurrir a un tratamiento de psicoterapia, específicamente un tratamiento cognitivo-conductual. A través de esta alternativa, el psicólogo puede acompañar al paciente en un proceso de reconocimiento de sí mismo y de las cosas que solían proporcionarle placer antes de iniciar los síntomas de la anhedonia. Así, se puede lograr que el individuo se percate de que ha dejado de lado muchas cosas que antes le causaban gran satisfacción, y poco a poco podría recobrar el interés por retomarlas, así como también la capacidad de sentirse a gusto con eso. A continuación, los cambios de actitud que se puedan lograr, permitirán facilitar el regreso a una vida normal para el paciente.

¿Cómo disfrutar de los placeres de la vida?

Vivir la vida a veces puede ser algo complicado. En ocasiones, se presentan problemas que no nos dejan disfrutar de los placeres que vivimos a diario, pero esto no quiere decir que debamos dejar de lado las posibilidades que tenemos al alcance de nuestras manos para disfrutar con los pequeños detalles. Sentimos placer con una taza de café, un paseo a la playa, una noche de reunión con los amigos, las caricias del ser amado, entre otros muchos estímulos, y es importante aprender a valorarlos.

Si nos encontramos en algún momento en el que padezcamos de anhedonia, lo más importante es estar conscientes de que algo nos afecta, y de que es este trastorno el que nos impide disfrutar de las cosas tal como solíamos hacerlo. La aceptación es el primer paso para la superación, y el acompañamiento de nuestros seres queridos, familiares y amigos, nos va a permitir retomar una vida normal muy pronto.

A veces la ansiedad puede apoderarse de nuestra mente, porque queremos volver a sentirnos bien y no lo logramos tan fácilmente. La clave es mantener la calma y estar conscientes de que este mal momento pasará muy pronto. Mientras tanto, no está de más mantener activo nuestro cuerpo, realizando algún tipo de ejercicio físico o cualquier otra actividad por la que aún sintamos alguna satisfacción, de manera que seamos capaces de mantener el interés por otras cosas, y no caer en un estado de anhedonia total.

Otro factor muy importante a tener en cuenta es que no debemos obligarnos a hacer las cosas, ya que esta acción sólo servirá para comprometer aún más la percepción del placer sobre las cosas que hacemos; si ya venía siendo difícil sentir el mismo gusto por algo, será mucho más complicado hacerlo de manera obligada, terminaremos por odiarlo completamente y jamás podremos retomarlo.

Con mucha paciencia y manteniendo la mente positiva, aferrándonos a las cosas que aún nos agradan, poco a poco podremos retornar a nuestra vida normal, llena de pequeños placeres. Además, este hecho también puede ayudarnos a superar los demás trastornos por los cuales se ha producido la anhedonia, por lo cual resulta bastante acertado hacer todo lo posible por mantenerse en pie y no dejarse derrotar por el desánimo y el abatimiento.

 

Psicólogos de México expertos en Anhedonia y Depresión


Autor: © PSIGUIDE