Lo primero que hay que saber del acoso laboral es que se trata de una conducta sistemática que afecta la integridad física de un empleado. En otras palabras, el mobbing, también conocido psicológicamente como síndrome del acoso, es una técnica de intimidación que se genera en las empresas y que se basa en una serie de conductas agresivas y hostigadoras.
Si bien es cierto, este tipo de acoso tiene su origen en un fenómeno que cada vez se ha hecho más frecuente alrededor del mundo: la violencia en todas sus formas. Así que el mobbing no es más que un tipo de violencia que actualmente está convirtiéndose en la protagonista de muchas compañías y lugares de trabajo, sin embargo, algunos países ya han empezado a tomar medidas para evitar este problema social.
Esta situación ocasiona en la víctima serios problemas psicológicos, físicos y sociales que se irán acentuando con el transcurso del tiempo, al igual que en las otras formas de violencia, el acosado tiende a callar la situación y evitar la denuncia por vergüenza o por dar por sentado que su entorno laboral y familiar no va a comprender la situación que está viviendo. Por esa razón, se aíslan paulatinamente y se sienten totalmente desprovistos.
En ocasiones, el acoso laboral es utilizado como una estrategia para deshacerse de los empleados problemáticos y molestos, en especial porque actualmente existen un gran número de normativas que los protegen económicamente al momento del despido, para algunas empresas la mejor alternativa es aplicar el mobbing, haciendo del entorno laboral un clima molesto y pesado para los empleados y esto los obligará indirectamente a abandonar el lugar de trabajo.
Es necesario mencionar que si en las empresas o compañías se aplicara eficazmente el comportamiento organizacional buscando incentivar en los empleados la colaboración, el trabajo en equipo y la coordinación de funciones para llevar a cabo los objetivos en conjunto, sería menor el número de casos de acoso laboral alrededor del mundo. En este sentido, el mobbing comúnmente se da en las empresas con una deficiente organización diaria del trabajo.
Es importante tener en cuenta que este fenómeno tiende a confundirse con otras formas de violencia parecidas como el bullying (acoso escolar), con el estrés laboral, o con lo que se conoce como el falso acoso laboral. Así que es importante dejar claro que solo existe mobbing cuando a un trabajador:
Es imposible hacer un listado de las causas exactas del acoso laboral, sin embargo, hay tres escenarios constantes que originan este fenómeno psicosocial. En primer lugar, basta que la víctima represente una amenaza para el acosador, es decir, si la víctima se destaca laboralmente en la organización y está acercándose a un nuevo cargo o ascenso, el acosador lo considerará una amenaza y hará todo lo que esté a su alcance para hacerlo sentir incómodo y obligarlo a abandonar la organización.
Otro de los posibles escenarios es cuando se genera un malentendido entre dos compañeros de trabajo y comienzan discusiones continuas que originan un recelo entre las dos partes, siendo uno el que proceda a agredir al otro. El tercer escenario es el menos frecuente, y plantea que el acoso laboral en ocasiones se da sin motivo alguno, esto a raíz de que uno de los trabajadores presente problemas psicológicos que manifieste en su trato con alguna persona dentro de la organización o empresa.
Por último, estas son otras posibles causas del hostigamiento en el trabajo: haberse negado a formar parte de actividades ilícitas de la empresa o la mala distribución de funciones en la compañía.
Plano psicológico
El daño causado por el acoso laboral genera diversos trastornos emocionales: sensación permanente de amenaza por el maltrato frecuente, la ansiedad, el temor, sentimientos de fracaso, frustración, impotencia, baja autoestima, distorsiones cognitivas, problemas de concentración y desviación de atención. En lo personal, la víctima podría sufrir de trastornos de sueño: pesadillas o insomnios constantes.
Algunos diagnósticos son: el síndrome de estrés post-traumático, síndrome de estrés por coacción continuada, síndrome de ansiedad generalizada, síntomas psicosomáticos de estrés (dolores abdominales, diarrea, llanto y falta de apetito). Es posible que el mobbing agrave enfermedades o problemas previamente existentes en la víctima, sin embargo, la peor de sus consecuencias es el suicidio. Por otra parte, algunos de los efectos psíquicos son: problemas de concentración, falta de iniciativa (desmotivación), pérdida de la memoria, irritabilidad y ataques de ira.
Plano social
Las víctimas del acoso laboral se convierten en seres hipersensibles y susceptibles, por esa razón su entorno deberá referirse a ellos con sumo cuidado, aún más cuando se les va a presentar una crítica o queja con relación a su desempeño laboral. En este caso, es normal que el acosado:
Con relación al plano laboral, la víctima se convertirá en un trabajador desmotivado, relacionarán el trabajo con el sufrimiento y esto conllevará a un bajo rendimiento. En consecuencia de esto, el trabajador afectado tiende a abandonar la empresa o la organización en la que trabaja como consecuencia del mobbing, sin embargo, en algunos casos el trabajador se inhibe de hacer esto por falta de oportunidades laborales, aún más cuando se trata de una persona de edad avanzada.
En este sentido, la empresa también sufre consecuencias y entre ellas se encuentran: la disminución del rendimiento del personal, un pésimo clima laboral, cambios de puestos constantes, inestabilidad laboral y ausencia de los trabajadores.
Finalmente, con relación al plano familiar, la víctima trasladará su sufrimiento al hogar y adoptará una actitud poco tolerante con sus hijos y esposa, esto conducirá a la ruptura del núcleo familiar. La víctima evitará pasar tiempo en familia y casi no colaborará en la casa, se aislará constantemente y cada vez será más evidente porque ellos tienden a callar la situación por vergüenza o porque simplemente consideran que no van a ser comprendidos por los integrantes de su familia.
La Víctima
La víctima es el personaje afectado y el receptor del acoso; se pueden categorizar en tres grupos: las personas brillantes que generan envidia en su entorno y se consideran la competencia. Las personas trabajadoras que están en la capacidad de imponer un nuevo estilo de trabajo por su amplia visión, y por último, las personas vulnerables que tienden a ser depresivos y dan la impresión de parecer indefensos, (características que los perfilan como un blanco fácil para el acosador).
A su vez, diversos estudios han comprobado que la mayoría de los acosadores escogen víctimas de perfiles similares o conductas parecidas. Por lo general estas personas:
El Acosador
Algunos teóricos definen al acosador como un “psicópata organizacional” , en otros países se le conoce como mobber, y se distinguen tres clases de acosadores de acuerdo con su raíz patológica:
Perverso Narcisista: esta clase de acosador necesita constantes gestos de aprobación y admiración por parte de su entorno, se siente superior a sus compañeros y muestra desprecio por ellos, por esa razón, para los acosadores perversos narcisistas es imposible comprender las emociones del resto de las personas y al acosar a su víctima no sienten ningún tipo de remordimiento ni tristeza.
Por lo general, se tratan de personas envidiosas y codiciosas enfurecidas por el éxito de sus compañeros. Para ellos es fundamental sentir que las personas que lo rodean son sus subordinados, y que actúan única y exclusivamente en base a sus intereses. El acoso laboral para ellos es el acto natural de tratar a un compañero de trabajo como un esclavo de su ego.
Psicopático: son personas con trastornos antisociales, pobres de principios morales, carentes de remordimiento o sentimientos de culpa, y con un amplio repertorio de excusas que justificarán siempre sus actos. Esta clase de acosador no necesariamente presenta actitudes delictivas o criminales, sin embargo, la mayoría de ellos son personas impulsivas que ignoran las consecuencias de sus actos.
El acosador psicopático tiende a:
Paranoide: personas naturalmente agresivas ante algunos comentarios, debido a que tienden a descubrir un significado oculto, amenazante y ofensivo dentro de cualquier opinión o argumento, por esa razón, tienden a estar siempre a la defensiva, y a controlar de manera enfermiza el comportamiento de sus compañeros de trabajo.
Son personas desconfiadas, creen que cualquiera quiere aprovecharse de ellos o hacerles daño. La característica más común en esta clase de acosador es que buscan desesperadamente ocultar sus errores, defectos y debilidades ante los demás, no soporta que una persona de alta jerarquía le haga una crítica constructiva debido a que las considera un ataque.
En esta clase de acoso laboral se presentan dos escenarios: cuando el subordinado agrede al jefe (ascendente) y cuando el jefe agrede al subordinado (descendente), la primera se refiere a una situación poco común en el plano laboral, mientras que la segunda es la más común por la jerarquía de los participantes, es decir, las autoridades se encuentran lo suficientemente cómodas y seguras para manipular a las personas que poseen cargos menores, uno de los casos particulares de mobbing ascendente es cuando el trabajador diseña un chantaje al jefe con información sobre su vida privada o algún dato que lo humille frente al resto del entorno laboral.
Este caso se presenta cuando el mobbing es entre compañeros, individuos con el mismo cargo y posición jerárquica dentro de la organización.
En este caso se entremezclan diferentes tipos de hostigamiento laboral, se confabulan los empleados y las autoridades para agredir verbal, física o psicológicamente a uno de los trabajadores de la organización.
Niveles
El origen: Este primer nivel se genera cuando un incidente da lugar a una situación de acoso, por lo general, se tratan de problemas que no se logran resolver y dan origen a un proceso de hostigamiento en la convivencia laboral. Es también conocida como la fase de conflicto, y muchas veces se presenta como un cambio radical de una relación que al principio parecía positiva, esto como consecuencia del incidente anteriormente mencionado.
Los ataques: El segundo nivel consiste en el inicio de los ataques psicológicos por parte del agresor, la gravedad de este nivel dependerá de la actitud que asuman los testigos del acoso, quienes están en la posibilidad de ayudar y denunciar la situación ante las autoridades de la empresa o también están en la posibilidad de negar el acoso o de restarle importancia. Dicho esto, en esta etapa el mobbing se presenta de dos maneras:
La intervención: El tercer nivel le corresponde a las autoridades, una vez enteradas de la situación deben tomar decisiones: aplicar medidas para solventar el acoso, o ignorar la situación (lo que empeoraría el malestar de la víctima y daría lugar a un escenario más grave). La idea es que en esta fase se logre solucionar el conflicto a través de medidas para evitar desembocar en la cuarta y última etapa.
La exclusión: El cuarto nivel solo llega cuando las autoridades ignoran la situación o deciden no intervenir, en este caso, el entorno laboral excluirá a la víctima del grupo, lo etiquetarán con adjetivos descalificativos y lo harán sentir incómodo en su propio lugar de trabajo, generalmente esto puede culminar de tres maneras distintas: el abandono del puesto de trabajo (la renuncia), la falta de rendimiento laboral que conduce al despido, o situaciones extremas como el suicidio.
Psicoticismo frío
Los acosadores con este perfil desarrollan su estrategia de forma atinada, son personas aparentemente estables, orgullosas y con un alto ego. Su intención es pasar de manera inadvertida dejando rasgos de ironía y violencia oculta en la víctima. Por lo general, se tratan de personas extremadamente inteligentes, calculadoras y con ausencia del sentido de la culpabilidad. Su carácter es tan duro que se hacen ver como personas extremadamente serias y equilibradas.
Neuroticismo
En este caso, sucede todo lo contrario, el acosador presenta un desequilibrio emocional a gran escala, y se caracteriza por ser una persona frustrada e intolerante, lo que conllevaría al manifiesto de una inhibición neurótica de la inteligencia. Son personas que reaccionan de forma explosiva y sus actitudes no se corresponden con la importancia del hecho, tienden a magnificar los errores y desechar las virtudes de los trabajadores, se tratan de individuos dominantes y orgullosos.
Para evitar las situaciones de acoso laboral dentro de una empresa u organización, se deben tomar las siguientes medidas:
Conocer el problema: Se deben dar charlas para entrenar y dar a conocer al personal de la organización sobre la existencia del acoso laboral. De esta manera, se fijarán estándares de conductas aceptadas por la empresa.
Crear un código de conducta: Así quedará sentenciada la política de la organización frente al fenómeno del acoso laboral. Es pertinente que los trabajadores conozcan las sanciones cuando se verifiquen casos de mobbing a través de foros, talleres, discusiones y debates. Dentro del código de conducta debe estar expresamente escrita la prohibición de actitudes acosadoras por parte de los integrantes de la organización, así como los pasos a seguir para denunciar estas situaciones y abordarlas lo antes posible.
Formar: Es necesario que se cree un plan para dar cara y solventar los conflictos que se presenten en la organización como consecuencia de la interrelación personal y laboral entre los empleados. Este plan de formación debe basar su programa en fomentar el respeto, el trabajo en equipo, la comunicación y la resolución de problemas.
El acosado debe tomar conciencia de la situación, denunciarla y reconocer que se trata de un hecho que puede empeorarse con el transcurso del tiempo. Asimismo, la víctima debe:
En este apartado es importante mencionar que el afectado no podrá superar el acoso laboral sin el apoyo familiar y la ayuda de un profesional. Por ende, durante el tratamiento, se debe trabajar la asertividad, el control del estrés y el pensamiento positivo, para poder cumplir su principal objetivo: fortalecer la autoestima de la víctima. Asimismo, el terapeuta debe estar consciente que la víctima no es el culpable de la situación y que el problema es externo, es decir, el terapeuta debe concentrarse en sanar heridas y no en tratar de encontrar desequilibrios en la psique del paciente.
Para que este tratamiento genere resultados óptimos, la víctima debe colaborar, es por ello que en sus manos se encuentra el primer paso y el más importante: a) analizar la situación: el trabajador debe hacer un esfuerzo para recapitular todo lo vivido, posteriormente pasa a b) contar lo que sucedió: donde la víctima deberá expresar y describir verbalment, todas y cada una de las agresiones que sufrió por parte del mobber o agresor. El tercer paso le corresponde a las personas de su entorno, c) el consuelo: deben reconfortar al agredido y apoyarlos en el camino de reconstruir su autoestima. El próximo paso estará directamente vinculado con la justicia y deberá d) denunciar el hecho: así la víctima sentirá que el acosador tuvo “su merecido” y evitará que desarrolle deseos de venganza en contra del mobber.
Después de un breve lapso de tiempo, la víctima deberá e) superarlo: y reconocer que solo se trató de un episodio de su vida que trajo consigo una enseñanza y una experiencia. Una vez superado el hecho, el último pasó consistirá en f) olvidarlo: una vez compensado, y aceptado, deberá dejar ir el problema.
Psicólogos de México expertos en Acoso laboral