A medida que pasan los años, la sociedad va convirtiéndose en un nido de complicaciones y de nuevas angustias, así que cada vez es más común escuchar que la gente se siente deprimida, infeliz o triste por diversas razones (vacíos, carencias o malas decisiones). Lo cierto es que si estas sensaciones se agudizan paulatinamente pueden generar depresión: una condición médica que crea desequilibrios mentales y físicos, afectando directamente la conducta, el comportamiento y las actividades cotidianas.
Para comenzar, es pertinente mencionar que la depresión, a su vez, es un trastorno mental que puede llegar a ser crónico, y actualmente es una de las causas de discapacidad más común en el mundo, es decir, tanto hombres como mujeres y niños están en la posibilidad de padecerla. Asimismo, es importante comentar que la causa científica y exacta de esta enfermedad aún no se conoce, sin embargo, los estudios apuntan que tanto las experiencias de vida como la genética se encuentran implicadas.
Este trastorno mental se presenta de distintas formas y se combate a través de tratamientos específicos como la psicoterapia, en algunos casos, apoyada con fármacos. Es necesario agregar que si la persona que se encuentra deprimida no va en búsqueda de ayuda profesional e inicia un tratamiento, los síntomas pueden durar semanas, meses o años y traer consigo un gran listado de consecuencias negativas, entre ellas: el suicidio.
Es posible que en ocasiones se confunda la depresión con sentimientos de tristeza o melancolía, por esa razón, es esencial que la sociedad tenga en cuenta dos cosas: la primera es que experimentar sensaciones negativas forma parte de la vida y la segunda es que existe un listado de síntomas que permiten identificar la depresión.
Personas de cualquier edad, género o etnia pueden sufrir de este trastorno pero las mujeres son las más propensas a desarrollarla, especialmente en su estado clínico. De hecho, hay mujeres que se deprimen durante el embarazo o después de haber dado a luz y comienzan a experimentar estados de melancolía que duran entre 3 y 10 días. Si la depresión se alarga en el tiempo e incluso se vuelve crónica es posible que el psiquiatra o psicoterapeuta tengan que administrarle antidepresivos o psicoterapias en los meses próximos del parto.
Usualmente, son diversos los factores y trastornos que se presentan para originar la depresión, sin embargo, el estrés agudo causado por la pérdida de un familiar o por cualquier otro motivo de gravedad puede generar un trastorno conocido como “depresión por estrés” que ocurre cuando se altera el sistema de control de la hormona del estrés que altera el metabolismo cerebral haciendo que la producción de transmisores se descontrolen, esto origina una falta de motivación, apetito y sueño. A continuación se hará mención de los tipos de depresión:
Las distintas tipologías se enumeran de acuerdo con la cantidad de síntomas que presenten y con las enfermedades vinculadas:
Depresiones graves: se manifiesta cuando un individuo experimenta todos los síntomas que diagnostican el trastorno de la depresión, de este modo, la persona se verá incapacitada para realizar sus actividades cotidianas. Un episodio de este tipo de depresión extrañamente ocurre más de una vez en la vida, el problema reside en la duración del mismo, por eso es importante actuar cuanto antes.
Depresiones moderadas: ocurren cuando un individuo manifiesta muchos síntomas de depresión, esto comenzará a afectar su rutina diaria, una de sus principales características es que genera hipersensibilidad y angustia en las personas.
Depresiones leves: en este nivel la persona estará en la capacidad de desarrollar su rutina diaria, sin embargo, este tipo de trastorno se diagnostica cuando el individuo presenta algunos de los síntomas de la depresión, los cuales pueden desarrollarse, acentuarse y comenzar a afectarlo física, psicológica y socialmente a medida que va transcurriendo el tiempo si no se recibe terapia.
Depresiones primarias: este tipo de depresión no se encuentra ligada a otras enfermedades, aparece espontáneamente y se subdivide en categorías dependiendo de la gravedad:
Depresiones secundarias: su principal característica es que se encuentran vinculadas con otro tipo de enfermedades (psiquiátricas o médicas) que influyen en la depresión, como:
Es pertinente mencionar que este tipo de depresión también se origina como consecuencia del consumo de algunos medicamentos, uno de los casos más frecuentes son los fármacos ingeridos durante el tratamiento contra el cáncer.
Síndrome burn-out: También conocido como el síndrome del agotamiento, se trata de una depresión originada por el estrés prolongado, sus principales síntomas son: el agotamiento, el desgano y la indiferencia ante los compromisos adquiridos. Puede decirse que esta depresión sucede por acumulación, cuando el estrés llega al punto de colisión después de haber sido arrastrado durante muchos años. Como síntomas físicos pueden identificarse la fuerte sudoración y los problemas gastrointestinales.
Síndrome distímico: este tipo de depresión se prolonga en el tiempo, siendo su larga duración la principal característica. Estudios indican que casi el 5% de la población padece de este síndrome. La distimia consiste en la manifestación frecuente de un conjunto de episodios depresivos que impiden que el individuo desarrolle una vida sana y productiva.
Depresión postparto: Esta modalidad de la depresión dura horas o días y no es considerada un trastorno mental porque se presentan en un alto porcentaje de las madres. Inicia aproximadamente durante la primera semana después de haber dado a luz, más específicamente después del tercer día. Es fácil identificarla, siendo uno de los síntomas la falta de apetito sexual y comenzar a pronunciar afirmaciones como: “Yo pensé que esta sería la etapa más feliz de mi vida”.
Como se mencionaba al principio, no existen causas precisas, sin embargo, existen factores que se encuentran inevitablemente relacionados con el origen de este trastorno, entre ellos se pueden identificar: factores biológicos y ambientales.
Asimismo, la depresión es considerada para algunos investigadores: el resultado de la interacción entre factores biológicos y vulnerabilidades fisiológicas de un individuo, así como también se encuentra relacionada la frecuencia del estrés y las situaciones adversas que se presenten en su vida y que deben superar progresivamente. En algunos casos parece que la depresión cayera del cielo sin razón alguna, sin embargo, es importante saber detectar sus síntomas y para ello es necesario conocer las posibles causas.
Una persona es propensa a sufrir de trastornos depresivos si:
Existen evaluaciones que ayudan al profesional a detectar la depresión. Aunque se trata de un trastorno cuyos síntomas varían en determinados pacientes, se harán mención de los más característicos, en este sentido, si una persona presenta cinco o más de estos síntomas durante dos o más semanas, es probable que sufra de este trastorno. Dicho esto, existe depresión si:
El primer paso para combatir este trastorno es aceptar que los pensamientos negativos forman parte de la enfermedad. Los pasos a seguir para colaborar con el tratamiento y con el profesional en el área se dividen en dos etapas: El cuidado personal y la búsqueda de apoyo.
El cuidado personal: existen actividades que la persona puede realizar para aminorar las consecuencias de la depresión e incentivar la mejoría. En este caso, el individuo debe:
La búsqueda de apoyo: el entorno social condiciona la mejoría de la depresión. Mientras el individuo reciba apoyo y sea escuchado por las personas más allegadas a él, será más ameno y rápido el proceso de recuperación, en este proceso influyen:
Es necesario que las personas cercanas tengan o manejen información amplia y certera sobre la depresión, la conducta del acompañante dependerá de la gravedad del trastorno, dicho esto, los allegados del individuo deben:
Las personas que presentan depresión en un grado leve pueden mejorar por sí solas sin necesidad de llevar a cabo un tratamiento, un simple asesoramiento sobre cómo deben afrontar los problemas puede ser suficiente para la recuperación, sin embargo, los individuos que experimentan una depresión mediana o crónica están en la necesidad de realizar terapias psicológicas y en algunos casos, terapias farmacológicas.
Dentro de los diversos tratamientos que ayudan a la recuperación de la depresión pueden mencionarse:
En este plan de recuperación el único responsable de la mejoría es la persona enferma, el primer paso es reconocer que existen conductas y emociones inadecuadas que necesitan de ayuda para mejorar, así que es conveniente elaborar un plan de actividades diarias para iniciar con el proceso de recuperación. El individuo puede:
Entre ellas la terapia cognitivo-conductual y la terapia interpersonal. La primera tiene como objetivo modificar los episodios negativos del pensamiento que contribuyen a desarrollar la depresión, normalmente son de 16 a 20 sesiones durante varios meses para completar la terapia, es posible que sean más si la situación lo requiere. La segunda tiene como objetivo ayudar al individuo a identificar sus problemas y aprender a manejarlos, saber resolver los conflictos familiares, con amigos o compañeros.
Los fármacos comúnmente usados en la terapia para la depresión son los antidepresivos:
Antidepresivos ¿Buenos o malos?
En ocasiones, el profesional en el área o psicoterapeuta se verá en la obligación de recetar antidepresivos que apoyen el tratamiento para la depresión. Estos tienen la función de mejorar el equilibrio psicológico, así como cambiar los niveles de algunos neurotransmisores, entre ellos: la norepinefrina, la serotonina y la dopamina.
Más allá de ser buenos o malos, hay algo indiscutible y es que son efectivos, está comprobado que 8 de cada 10 pacientes que presentan depresiones clínicas mejoran tomando antidepresivos. Cada ser humano responderá al antidepresivo de forma diferente, es importante realizar un diagnóstico previo para saber que antidepresivo se debe tomar. Más adelante se indicarán los aspectos a tener en cuenta para la selección del fármaco.
Existen diferentes tipos de antidepresivos, se harán mención de los dos más comunes:
¿Cómo saber qué tomar?
Para que el profesional recete el fármaco a ingerir debe hacer un conjunto de exámenes y observaciones previas, entre ellas: debe delimitar los síntomas que presenta el paciente, revisar su historial médico y familiar, así como realizar exámenes de sangre y conocer valores en el individuo.
Efectos Secundarios
se trata de un tratamiento cuyo objetivo es transformar y corregir las experiencias negativas y la forma en la que afecta al individuo, esta implica citarse con un psicoterapeuta en reuniones denominadas sesiones, es indispensable para erradicar los síntomas de la depresión y cumplir las metas que el paciente se ha propuesto. En estas sesiones, el paciente aprenderá habilidades que también lo ayudarán a prevenir episodios de depresión. Se tratan de terapias que duran entre 12 y 20 sesiones.
El profesional responsable de la terapia puede ser un médico psiquiatra, psicólogo u orientador. Las terapias pueden clasificarse dependiendo de las personas que intervienen y las técnicas aplicadas. De acuerdo con el número de personas inmiscuidas:
Psicoterapia individual (el paciente y el profesional)
Psicoterapia en grupo (el terapeuta y un grupo de personas que presentan el mismo problema)
Psicoterapia en pareja (el psicoterapeuta, el paciente y su cónyuge)
Psicoterapia familiar (el terapeuta, el paciente y su familia)
De acuerdo con las técnicas aplicadas:
Psicoterapia de apoyo (el objetivo es reforzar la confianza en el paciente)
Psicoterapia dinámica (ataca directamente los conflictos que están originando la depresión)
Psicoterapia interpersonal (busca desarrollar las habilidades individuales para mejorar las relaciones)
Psicoterapia cognoscitiva (tiene como objetivo corregir los pensamientos negativos de la persona deprimida)
Psicoterapia del comportamiento (busca reforzar las conductas positivas y erradicar las conductas que no son saludables)
Recomendaciones para que la psicoterapia sea más efectiva:
El estado de ánimo depresivo puede ocurrir a cualquier edad como se ha mencionado al comienzo. En el caso de los niños es difícil de predecir, en algunos la recuperación es rápida, mientras que en otros la depresión adquiere niveles altos y comienza a afectar todos los aspectos de su vida cotidiana, especialmente en el contexto académico. De acuerdo con los géneros, las niñas son las más propensas a sufrir de depresión en la adolescencia y el riesgo de suicidio es un problema que generalmente lo acompaña.
Con el transcurso del tiempo, el pensamiento psiquiátrico ha evolucionado en sus investigaciones, al principio se consideraba imposible que las personas jóvenes pudieran sufrir del trastorno depresivo, sin embargo, hoy se le reconoce como entidad propia en las edades tempranas; a pesar de esto, son pocos los adolescentes y niños diagnosticados.
Los síntomas son parecidos a los que se manifiestan en las personas adultas, sin embargo se presentan en diferente orden y con otra intensidad, en la edad adulta los dos síntomas básicos son el estado de ánimo bajo y la dificultad para sentirse a gusto, en el caso de los jóvenes (niños y adolescentes), no son los más importantes ni los más evidentes. Pero enfocándonos en un episodio depresivo mayor, el joven (niño o adolescente) experimenta cambios de humor por un período de dos semanas, además de un malestar que no sea resultado de un fármaco o droga.
Los síntomas varían con relación a la personalidad del individuo y la edad que tiene. Diagnosticar la depresión en niños menores de ocho años no es tarea fácil, debido a que a esa edad, el individuo no expresa los síntomas de forma verbal, mientras que en los adolescentes es más sencillo porque comienzan a comunicarse. Algunos de los síntomas son:
Psicólogos de México expertos en Depresión