Desde una perspectiva biológica, entendemos que la menopausia decreta el fin de la etapa fértil en la mujer por el cese de la reproducción de óvulos, por consiguiente, es considerada un claro síntoma de envejecimiento que produce cambios físicos bruscos y/o desequilibrios psicológicos determinantes en su vida.
Una vez entendido que la menopausia está relacionada con el climaterio (envejecimiento de la mujer), tenemos que decir que la misma suele aparecer entre los cuarenta y cincuenta años de edad y que a su vez, se subdivide en tres períodos:
Y es que, la menopausia no se manifiesta sorpresivamente con todos sus síntomas, sino que está precedida por la pre-menopausia, una etapa que dura alrededor de cuatro años, y es aquí cuando la producción hormonal comienza a disminuir paulatinamente, poco a poco. En este punto ubicamos los primeros síntomas presentados de forma leve, así como el inicio de alteraciones psicológicas y físicas. Entre los más frecuentes encontramos: períodos menstruales más cortos, hinchazón y dolor en las mamas, hinchazón en el abdomen e insomnio.
Debemos tener presente que la menopausia, también conocida como “la crisis menopáusica”, es un proceso de transformación transitorio físico y psicológico en la mujer, donde ésta incursiona en la etapa de la madurez, sin embargo, no todas afrontan dicho cambio de la misma manera, puesto que las irregularidades psicológicas estarán determinadas tanto por los desajustes hormonales que se producen en cada una de ellas, como por la edad en la que esta etapa se presenta, la cultura y el estatus social al cual pertenece.
La menopausia conlleva a la disfunción endocrinóloga en el sistema hormonal y baja los niveles de estrógeno en el organismo femenino, situación que muchas veces genera trastornos de la personalidad, estados depresivos, ansiedad y problemas neuróticos en la mujer. En este caso, es necesario acudir a un profesional en el campo de la psicología para recibir orientación, y así evitar que la menopausia sea un proceso tortuoso o muy difícil de llevar a nivel emocional tanto para quien la padece, como para su entorno social y familiar.
A las irregularidades generadas por el cese de la menstruación, se le conocen como trastornos físicos y emocionales de la menopausia, y entre ellos podemos mencionar los siguientes:
La mayoría de estos problemas se presentan a nivel biológico, y para ellos siempre existirán fármacos o medicamentos que ayuden a combatir estas dolencias. Sin embargo, aquellas irregularidades relacionadas con el aspecto psicológico, se podrán solventar dentro del consultorio con la ayuda de un psicólogo o psicoterapeuta.
La menopausia no es un proceso que inevitablemente debe sufrirse o padecerse, esta es una falsa idea que mantienen muchas mujeres, esto conlleva a que las mismas lleguen a obviar los síntomas que indiquen la presencia de alguna patología psicológica que requiera tratamiento y solución. Dicho de otro modo, se debe acudir al psicólogo una vez que las consecuencias de la menopausia estén afectando la calidad de vida de quien la padece, por ejemplo: cuando los cambios de humor afectan el entorno laboral, o cuando las depresiones coarten las relaciones sociales.
Los tratamientos para la menopausia se subdividen en dos grupos: farmacológicos y no farmacológicos. Entre los no farmacológicos se encuentran:
Terapia psicológica
El objetivo de la terapia psicológica es ayudar a la mujer a comprender y aceptar lo que está ocurriendo en su organismo, que tome consciencia sobre este proceso como una fase natural en la vida y no como una enfermedad. Además, invitarla a informarse al respecto para que entienda que manifestar algunos síntomas de la menopausia no es una situación patológica sino una etapa de cambios.
Luego, la terapia psicológica le ayudará a auto-evaluarse y cuestionar sus pensamientos negativos, de modo que cuando la paciente sienta que está de mal humor o cuando no tenga ánimos de hablar, lo manifieste a través del ejercicio de la escritura, para expresar de alguna manera las inquietudes de sus propios pensamientos. Por último, con la terapia psicológica el psicólogo debe conseguir que la mujer cambie totalmente el concepto que tiene sobre la menopausia conservando la honestidad con sus propias emociones. En este sentido, nos encontramos con:
Claro está que estas terapias se pueden realizar de distintas maneras dependiendo de los problemas psicomenopausicos que padezca la paciente.
Por último, mencionaremos la hipnosis, una herramienta útil que ha complementado a terapias individuales y cognitivo conductuales en los últimos años, adquiriendo mucha popularidad entre los psicólogos. Un estudio publicado en la revista “Menopause” comprobó que la terapia de relajación hipnótica es capaz de reducir los sofocos y otros síntomas inherentes a la menopausia como la depresión y la ansiedad, logrando a su vez, mejorar la calidad de vida de la mujer que la padece.
En el estudio mencionado, las mujeres recibieron una sesión por semana de hipnosis clínica , y a su vez, practicaron la auto-hipnosis con grabaciones de audio. El experimento indicó que para la cuarta sesión, los sofocos se redujeron casi al 70%, y luego de tres meses, la disminución fue de un 80%, de hecho, en algunas mujeres los sofocos ya habían desaparecido por completo.
La hipnosis es una de las terapias más económicas y no presenta casi efectos secundarios, se trata de una de las opciones más seguras y eficaces para el tratamiento de la menopausia en la mujer.
Por otro lado, en los farmacológicos tenemos:
Tratamiento de reemplazo hormonal
También conocida por sus siglas TRH, es un tratamiento que tiene como objetivo aliviar los síntomas que se presentan durante la menopausia, y se basa en la aplicación de estrógenos o progestágenos a través de la vía oral o vaginal. Este tratamiento se puede aplicar de dos maneras:
Con relación a las hormonas, se debe señalar que deben aplicarse únicamente en las mujeres delgadas, por ende, no se deben aplicar bajo ningún motivo en mujeres obesas con antecedentes de cáncer porque podría ser altamente perjudicial en su salud.
Remedios Naturales
La actitud de la mujer
Una vez que la mujer logre adaptarse a estos cambios con una actitud positiva, y acepte que la menopausia es una fase inevitable y transitoria que la convierte en una persona más madura, convivirá fácilmente con estos cambios y entenderá que aunque ya no tenga la capacidad de reproducir, podrá seguir disfrutando de los placeres de la vida y retomará con normalidad su vida sexual y social, es por ello que durante esta etapa, la actitud de la mujer es determinante.
Historias clínicas
Cuando la mujer asume una actitud negativa, los trastornos de la menopausia se acentúan, y frente a esto intentarán buscar soluciones que le ayuden a saciar sus dolencias. Al respecto, los expertos han comprobado que aquellas mujeres que recurren a las sustancias adictivas como el alcohol, el café, el tabaco, los fármacos y los estupefacientes, son aquellas que a lo largo de su vida, han presentado problemas psicológicos severos o desequilibrios mentales.
Es por ello que una mujer con algún antecedente o historial de trastornos psicológicos se encuentra en alto riesgo de sufrir un colapso emocional como resultado de la crisis que causa la menopausia, la cual puede ser severa si no recibe tratamiento psicológico, o también puede que no llegue a consolidarse como un problema tan serio gracias al apoyo profesional, social y familiar.
La menopausia y la vida sexual
Durante el período de la menopausia, la sexualidad sufre cambios a causa de factores psicológicos como la depresión, factores sociales como la sensación de envejecimiento y factores fisiológicos como la pérdida del libido, disminución de la lubricación y excitabilidad, anorgasmia, entre otros.
Una de las principales características de esta etapa en el ámbito sexual, es que la mujer acostumbra a estar más atenta de la respuesta de su compañero que de su propio disfrute o placer, y a esto se le conoce como “expectativa ansiosa”. Asimismo, la mujer comienza a desarrollar aversiones como el miedo al embarazo (produciendo amenorrea continua), y presenta estados de ansiedad cada vez que la menstruación se retrasa.
Luego, nos encontramos con el miedo al acto sexual, como mencionábamos al principio, la pérdida de líbido. En este sentido, algunas mujeres incluso comienzan a sufrir de dispareunia (vaginitis atróficas), llegando a percibir el acto sexual como una especie de agresión.
Por otra parte, un porcentaje de mujeres menopáusicas adquieren miedo al cáncer uterino, producto de los desórdenes menstruales.
Reforzar la autoestima
Para ello, la mujer debe mantener una actitud positiva, entender que puede aprovechar esta etapa para vivir nuevas experiencias. Aunque es un cambio brusco, debe llenarse de vitalidad dedicándose a mejorar aspectos de sí misma y preocupándose por conocerse un poco más. La menopausia es un momento ideal para desarrollar nuevas aficiones óptimas y saludables.
Hacer ejercicio
Es necesario que la mujer se mantenga en constante actividad física, al menos dos o tres veces por semana para que le ayude a mejorar su sistema cardiovascular, conservar la flexibilidad, mantener en forma los huesos, las articulaciones y la fuerza muscular. Entre las actividades más recomendables se encuentran: caminar y montar bicicleta, recordando que los entrenamientos se adaptan a las características individuales de cada persona.
Comer saludable
La menopausia muchas veces conlleva al aumento de peso y genera hipertensión arterial, por ello es importante disminuir el consumo de azúcares, colesterol y grasas. La mujer deberá comer más verduras, frutas, cereales, leguminosas, fibra, carne magra y lácteos descremados para obtener el calcio. Se sugiere especialmente tomar Vitamina D para el fortalecimiento de los huesos y la prevención de la osteoporosis, así como usar más aceite de oliva y menos aceite vegetal.
Dentro de los alimentos no recomendados se encuentran: las carnes con mucha grasa, los embutidos, lácteos no descremados, pasteles y frituras. Es imprescindible reducir la sal en las comidas porque la sal incrementa la tensión.
La ventaja de comer saludable, es que esto ayuda a la pérdida de peso, debido a que el sobrepeso da lugar a los sofocos. Es importante resaltar que esto no debe ser motivo para mantener una dieta excesivamente estricta porque la misma genera estrés y ansiedad.
Abandonar hábitos tóxicos
No es recomendable ingerir más de dos tazas de café o más de dos vasos de vino al día. Por un lado, disminuir el consumo alcohol ayudará a prevenir la pérdida de calcio, mientras que reducir el café ayudará en gran medida a mejorar el sistema cardiovascular. Por otra parte, el comienzo de la menopausia puede adelantarse a causa del tabaco, por lo que se debe evitar fumar y estar cerca de personas que fuman.
Evitar el estrés
Es importante relajarse, puesto que las mujeres que atraviesan por la menopausia son el blanco perfecto del estrés y la angustia.
Ir al médico
Un control ginecológico puede ser de gran utilidad para prevenir las consecuencias de la menopausia. Es importante evitar la automedicación, por consiguiente, se recomienda asistir al médico para poner en marcha un tratamiento farmacológico de ser necesario.
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