Durante el transcurso de los últimos años, se ha intensificado una práctica social que ha desencadenado efectos psicológicos negativos en millones de jóvenes estudiantes, se trata del acoso escolar o también conocido como bullying, fenómeno que se está haciendo muy común entre jóvenes de edades muy tempranas. Básicamente, el acoso escolar puede definirse como la agresión física o verbal, directa o indirecta que ejerce un joven escolar hacia otro. Se trata de una actividad repetitiva y persistente cuyo único fin es causar daños en la víctima.
Este tipo de acoso está presidido por el silencio, su desarrollo y avance se produce porque la reacción natural del agredido y de los testigos es callar la situación por miedo a ser un nuevo blanco para el agresor. Aunque sea atemorizante, es el principal error cometido por las jóvenes víctimas, y la tarea del terapeuta, padre y docente será conducir al agredido a una zona de confort que mejore la comunicación y alimente su valentía para poder afrontar estas situaciones irregulares.
Algunos especialistas coinciden que una de las causas determinantes de las conductas agresivas que desarrollan los bullies (los agresores), se deben a los medios de comunicación y videojuegos, más allá de esta teoría comunicacional y cognitiva, hay otros factores que determinan las actitudes de jóvenes y niños: la formación en el hogar. En este caso, si el niño ha observado violencia en casa, es probable que adopte ese modelo de conducta y lo aplique en otros contextos, por ejemplo: el colegio.
En algunos lugares se ha cometido el error de considerar la práctica de bullying como algo natural en el crecimiento de los niños y en su experiencia escolar, sin embargo, su detección a tiempo es importante, en primer lugar para prevenirlo, y en segundo lugar porque los jóvenes y colegiales pasan al menos la mitad del día en sus respectivas casas de estudio, y una persona que recibe maltratos la mitad de un día va a resultar irremediablemente afectada a corto, mediano o largo plazo, generando de esta manera desequilibrios en su psique.
En ocasiones, el bullying suele confundirse con la ciclotimia, la fobia escolar o trastornos de personalidad, y estos errores de diagnóstico se deben a la desinformación y desconocimiento de los profesionales sobre el acoso escolar y los síntomas o consecuencias que éste produce en la víctima. Esta es una situación peligrosa para los agredidos, porque un error en el diagnóstico podría empeorar la situación y agravar los efectos negativos en ellos.
Aunque existen excepciones y no necesariamente todos presentan los mismos síntomas, estas son algunas de las posibles características de estos personajes:
Como consecuencia del acoso escolar, la víctima puede sufrir fuertes cuadros depresivos, esto generará el deseo de no ir a la escuela, afectará el rendimiento y generará ansiedad. En casos extremos puede conducir al suicidio. Por lo general, la víctima no dice nada, ni acusa al agresor con las autoridades competentes, esto lo hace sentir desprovisto y desolado. Sin embargo, existen distintos tipos de víctimas:
Víctima indefensa: Ellos se caracterizan por ser personas de muy baja autoestima, inseguras y carentes de amigos, la mayoría reacciona de forma nerviosa ante situaciones nuevas, precisamente es ese conjunto de síntomas el que resulta atractivo para el agresor, por esa razón forman parte del grupo más grande de niños afectados por el acoso escolar. A su vez, esta categoría posee una subdivisión:
a) víctimas indirectas: estas son las personas que tienen miedo de convertirse en una nueva víctima, y por ende, no ofrecen ayuda a los agredidos. Son esclavos de un clima de miedo.
b) víctimas falsas: personas que presentan quejas injustificadas ante las autoridades, asegurando que han sido víctimas del acoso escolar, la finalidad de esta conducta es llamar la atención.
c) víctimas perpetuas: la mentalidad de víctima forma parte permanente de la psique de la persona debido a que ellos han sufrido bullying durante toda su vida, en este caso, siempre tendrán la sensación de ser una persona agredida.
Víctima activa: este grupo está conformado por personas cuya personalidad provoca el rechazo social. Son individuos que naturalmente se comportan de forma inaceptable para su entorno, por esa razón los excluyen. En ocasiones los integrantes de esta categoría son tan intolerantes como los agresores o bullies, pero también asumen conductas parecidas a las víctimas pasivas por su baja autoestima. Este es el grupo que buscan los agresores para justificar su comportamiento al hacerles bullying.
Víctima acosadora: este es el grupo más pequeño de las víctimas y poco convencional de encontrar en la población estudiantil, se tratan de casos atípicos, personas que acosan a los que parecen ser más débiles que ellos, pero se intimidan ante los superiores o más fuertes. Por lo general, son individuos poco populares y propensos a la depresión.
Este grupo está conformado por la audiencia, también conocidos como los espectadores de la situación. Se tratan de personajes importantes durante el proceso del acoso escolar, la presencia de ellos puede incentivar o inhibir al agresor, esto dependerá de la posición que asuma el testigo; si decide ayudar a la víctima, apoyar la agresión o simplemente mantenerse al margen de la situación, alejándose de un problema que particularmente no es suyo. Por esa razón, se clasifican de la siguiente manera:
Son diversos los factores que representan las causas del acoso escolar, sin embargo, para su análisis es pertinente subdividirlo en niveles, clasificándolos de la siguiente manera:
Nivel Personal
Definitivamente, el factor principal de este nivel es la falta de autoestima. El individuo intentará reforzarla humillando a otros, agrediéndolos e imponiéndose como una figura superior ante el resto. Aunque el agresor trate de proyectarse como una persona fuerte y autosuficiente, resulta que se trata de una persona cuya falta de confianza en sí mismo hace que busque desesperadamente llenar ese vacío llamando la atención y generando sensación de miedo en el resto de sus compañeros.
Nivel Familiar
Resulta ser el más importante, determinante y la raíz del problema en la mayoría de los casos de bullying. El entorno familiar es factor fundamental en el crecimiento del individuo, si existe ausencia materna o paterna, si el joven observa violencia en el hogar, si no existe un plan de permisos regulados y el niño hace lo que mejor le parezca, son situaciones que regulan la conducta del joven y generan en ellos sentimientos negativos o actitudes de violencia en otros entornos, en este caso, el entorno escolar.
Nivel Escolar
Las escuelas son los lugares en los que se necesita mayor control y reguladores de conducta, en la medida en la que los profesores y el personal directivo se encuentren distraídos y abstraídos de la existencia de este desequilibrio social, mayores serán los casos de bullying en estos lugares, por esa razón, la falta de conciencia y la desinformación en los centros educativos es una de las causas principales del acoso escolar. Actualmente debería existir un plan de prevención y una campaña de información en cada una de las escuelas.
La víctima es el personaje que experimenta las consecuencias más caóticas del presente fenómeno social, debido a que desarrolla en ellos diversos aspectos psicopatológicos. Cuando la situación está presente de forma leve puede generar: depresiones, ansiedad, y fobias. Cuando la situación se torna más aguda, genera: cuadro de neurosis e histeria. En el peor de los casos, la víctima puede llegar a considerar la opción de suicidarse. Además, cabe mencionar que a rasgos generales, el bullying afecta el sistema inmunológico y por esta razón las víctimas tienden a sufrir mayores problemas de salud.
En el caso del agresor, las consecuencias se presentan en ocasiones para mejor, porque pueden significar para ellos una oportunidad de aprendizaje. Pero si el individuo no asume en ningún momento el mal comportamiento o rectifica sus actitudes, esto puede constituir para ellos un problema serio en su vida de pareja a futuro, generando momentos de violencia que pueden ser factor determinante para una ruptura. Se trata de una situación que cuando se vuelve irreversible, crea desequilibrios permanentes en la vida del agresor.
Con relación a los espectadores, una de las posibles consecuencias es la insensibilidad que puede desarrollarse al ser testigos de actos de violencia física y psicológica, sin ser capaces de intervenir para evitarlo. También se considera una consecuencia la observación y refuerzos de formas inaceptables de actuación. La reacción del individuo y su enfoque al problema dependerá siempre de la educación que haya recibido en su casa.
Físico
Incluye toda violencia que implique el contacto físico con el agredido o con sus posesiones, es decir: golpes, patadas, cachetadas, empujones e impacto con objetos. Por lo general se evidencia con los daños corporales que causa en la víctima.
Verbal
Se refiere a las palabras hirientes y despectivas dirigidas a la víctima, esto incluye apodos o insultos que destaquen algún defecto físico, así como amenazas y comentarios sexuales que resulten inapropiados. Los jóvenes y niños son más vulnerables ante estos ataques que los adultos.
Psicológico
Es el proceso mediante el cual el agresor o bully comienza a generar en la víctima una gran sensación de inseguridad o miedo. El agredido se siente indefenso y vulnerable la mayoría del tiempo, aunque se encuentre una figura de autoridad presente, el agresor intimida a la víctima con amenazas silenciosas.
Social
La exclusión del individuo, lo cual genera aislamiento. El agresor pretende ignorar a la víctima, este tipo de bullying es conocido también como acoso escolar relacional.
Ciberacoso
Es el que se realiza a través de las redes sociales o aparatos tecnológicos como computadoras, teléfonos y tablets. Es el más reciente porque se vale de la tecnología de última generación, los casos de ciberacoso van incrementando a través del tiempo y esta forma de bullying se ha ido popularizando durante los últimos años.
Los adultos cercanos al niño, además de tomar las medidas necesarias y acudir a un profesional a tiempo, deben aconsejarles por si se presenta nuevamente una situación irregular y ellos no se encuentran presentes o cerca, en este caso, la víctima debe:
La prevención está exclusivamente en las manos de los padres y los profesores, es decir, de las personas encargadas de la educación de los jóvenes. En este caso, la familia y los docentes cercanos deben:
Interrumpir el desarrollo de la clase: se trata de una de las manifestaciones más preocupantes porque interrumpen el proceso de enseñanza y obligan al docente a emplear más tiempo en resguardar el orden de la clase, que en transmitir nuevos conocimientos a los alumnos. Por ser un problema que se encuentra presente en la mayoría de los centros educativos, no llama tanto la atención ni constituye un hecho alarmante.
Discusión con los profesores: este factor desestabiliza el curso del aula. El alumno se siente en la capacidad de retar al profesor, y en ocasiones, de insultarlo activamente. Esto se genera en consecuencia de la manifestación anteriormente explicada y constituye una conducta que requiere de una mayor dosis de violencia.
Acoso escolar: en este apartado se encuentra el tema central en desarrollo, es preciso mencionarlo acompañado de otras manifestaciones porque al final todos los elementos están relacionados con los actos de agresión de un compañero a otro, popularmente conocido como bullying.
Vandalismo: este constituye un hecho casi delictivo, últimamente el número de casos vandálicos en los centros educativos han incrementado de manera irracional, en algunos países existen programas complejos que buscan erradicar esta conducta en los jóvenes escolares.
Acoso sexual: el más escandaloso de todas las manifestaciones, pero en los últimos años se ha hecho presente en algunos centros educativos alrededor del mundo, esta conducta se considera un comportamiento netamente antisocial, delictivo y relacionado con trastornos psicológicos graves.
Este es un método sistémico que aborda tres niveles y tiene como finalidad prevenir el bullying en todas sus etapas, ofreciendo un programa de prevención que inicia antes de que exista la agresión, sin embargo, cuando la agresión ya se encuentra presente directamente se acude a la última fase.
El primer nivel de este enfoque tiene como principal objetivo prevenir la violencia dentro de la comunidad educativa, se busca incentivar el desarrollo de una convivencia sana y pacífica, así como de ofrecer un programa de mediación ante conflictos de menor grado.
Posteriormente, el segundo nivel llega cuando ya se sospecha de la existencia del bullying, el objetivo principal de esta etapa es el de generar la prevención específica ante el acoso escolar, buscando aplicar un programa de educación en valores. Finalmente, se llega al tercer nivel cuando ya se detecta una situación clara de acoso escolar.
Una vez detectada la situación de bullying se aplican las fases de intervención. En la primera fase se solicita la intervención de un profesional para que le realice una entrevista a la persona que denuncia el hecho, por lo general es un testigo y no una víctima. Durante la entrevista con el demandante testigo, el terapeuta debe indagar:
Después de realizada la entrevista con un testigo, corresponde conversar con la víctima, en este caso, el terapeuta debe:
En la segunda fase, debe efectuarse una reunión del personal docente (especialmente el o los profesores involucrados), el personal directivo y el orientador para evaluar la situación y decidir el momento en el que se va a intervenir. Posteriormente, en la tercera fase el orientador vuelve a realizar una entrevista, esta vez con los espectadores propuestos anteriormente por la víctima. Durante esta reunión, el terapeuta debe:
Posteriormente, se efectuará una entrevista con el agresor. En este caso, el terapeuta debe:
Después de realizada la entrevista con el agresor, la próxima fase consistirá en reunirse con las familias para plantearles el problema y los avances. En este caso, el personal directivo debe:
Como consecuencia del acoso escolar, la víctima desarrolla procesos negativos en su sistema psicológico, uno de ellos es el déficit de autoestima y para ello debe aplicarse como terapia la reestructuración cognitiva. Se trata de un procedimiento mediante el cual los individuos cambian ideas distorsionadas que tienen sobre ellos mismos, las cuales generan frustración, depresión y malestar emocional. Es normal que el ser humano tenga pensamientos involuntarios, naturalmente incontrolables, pero lo que sí se puede regular son los sentimientos provocados por esas ideas, y para ello se aplica esta terapia.
Otro de los síntomas que se presenta en la víctima es la ansiedad, y en este caso debe aplicarse la terapia de la respiración diafragmática, ésta tiene como finalidad ayudar al paciente a mejorar el funcionamiento del corazón y bajar la presión arterial alta. No es una terapia exclusivamente psicológica, sin embargo conduce al estado ideal para erradicar la ansiedad: la relajación.
Asimismo, el déficit asertivo es otro de los síntomas que presenta la víctima postbullying, para mejorar este aspecto se aplica el entrenamiento asertivo, una técnica efectiva para tratar la ansiedad y el estrés que surgen de algunas relaciones interpersonales, incentiva el respeto por los demás y por la persona misma. Esta es una terapia que está estructurada generalmente por etapas: la primera etapa tiene como objetivo reconocer los propios errores, y consiste en diagnosticar el estilo agresivo y pasivo agresivo. La segunda etapa consiste en examinar nuestras respuestas ante eventos negativos y como éste influye en el resultado emocional. La tercera etapa se trata de buscar el objetivo principal del individuo. Como cuarta etapa se encuentra la redacción de un plan de cambios para ejercer la conducta de forma asertiva. La quinta etapa consiste en mejorar el lenguaje no verbal y la sexta y última etapa consiste en evitar la manipulación de terceros.
El déficit de habilidades de comunicación puede considerarse otro síntoma característico postbullying, en este caso se aplica el entrenamiento en habilidades de comunicación, que consiste en la instrucción (el terapeuta debe transmitir la información de manera concisa, ligera y clara), ensayo conductual (práctica de la conducta en situaciones reales o recreadas), reforzamiento (resaltar los aspectos positivos realizados durante el ensayo conductual), modelado (aprendizaje por observación), retroalimentación (información sobre los avances de la persona en el entrenamiento) y generalización (aplicar las técnicas en los contextos cotidianos del paciente).
Psicólogos de México expertos en Bullying