Ansiedad

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una sensación o estado emocional natural del ser humano. Todos hemos vivido momentos de ansiedad previo a una entrevista de trabajo que sabemos es muy competida; cuando el salario no llega a fin de mes por gastos excepcionales; esperando el diagnóstico de una enfermedad propia o de un ser querido; ante un divorcio, etc. 

Es incluso saludable tener cierto grado de ansiedad ante las fuentes de estrés cotidianas, pues esa sensación “desagradable” es la que prepara nuestro organismo para dar una respuesta adecuada y poner fin al peligro o amenaza que la genera. 

Cuando la ansiedad alcanza una elevada intensidad y se hace muy frecuente durante un tiempo prolongado (meses); cuando el agente externo amenazante ya no existe y nuestra psique es la que crea falsas amenazas y nos angustia; entonces, podemos decir que la ansiedad es patológica.

La ansiedad patológica provoca un malestar general en la persona aquejada y empobrece su calidad de vida pues le incapacita para sus interacciones sociales, laborales e íntimas. En caso de ansiedad patológica aparecen síntomas físicos, psicológicos y conductuales que el individuo no puede controlar porque llegan sin causa aparente casi todos los días durante varias semanas.

¿Qué origina la ansiedad?

Es difícil precisar con exactitud las causas que generan trastornos de ansiedad.

Generalmente su presencia es multifactorial. Existen factores que predisponen a la persona (biológicos), factores que activan las crisis de ansiedad (externos, situacionales, perceptivos) y factores de mantenimiento que hacen recurrentes las recaídas y sostienen el trastorno una vez este aparece.

Algunas causas que originan la ansiedad y que se dan combinadas entre sí, podrían ser:

  • Desajustes emocionales en la expresión de la sexualidad y la agresividad.
  • Aspectos genéticos heredados y que predisponen a las personas a padecer los trastornos de ansiedad.
  • Desequilibrios bioquímicos en el cerebro que afectan la producción de neurotransmisores.
  • Exposición excesiva a gentes estresantes o acontecimientos traumáticos (mucho trabajo, ciudades muy pobladas, ruidos, torturas, la guerra…)
  • Comportamientos aprendidos de figuras importantes tales como padres o cuidadores que enseñan a los niños en edades tempranas que el mundo es un lugar inseguro y peligroso.
  • Una baja autoestima, una autocrítica destructiva, mucha inseguridad que generan desconfianza de las habilidades propias para hacer frente a los cambios que amenazan nuestra supervivencia e integridad.

Síntomas de la ansiedad

Las personas que padecen algún trastorno de ansiedad manifiestan que están siempre nerviosos y que no pueden concentrarse con facilidad. Sienten también desasosiego, sensación de agobio y angustia ante cualquier hecho, incluso los acontecimientos positivos que deberían generarle felicidad.

A nivel físico, la ansiedad se expresa en síntomas que también podrían ser aplicables a otras enfermedades. Puede manifestarse con crisis de súbita sudoración en las manos, mareos, temblores, palpitaciones, disnea, problemas digestivos (úlceras, gases excesivos), urinarios (micción frecuente) y sexuales (anorgasmia o adicción al sexo).

Las personas ansiosas se perciben a sí mismas constantemente afectados y vulnerables. Viven con miedo a perder el control o enloquecer ante su intenso temor a la muerte o aquello que les produce fobia.

A veces pasan años de sus vidas tratando de no exponerse a las situaciones que les inquietan y van reduciendo su espacio vital, disminuyen sus interacciones sociales por miedo a perder el control ante desconocidos. También pueden crear ritos obsesivos-compulsivos que inhiben su capacidad de disfrutar de las cosas más sencillas de cada día.

Los síntomas de ansiedad crean una maquinaria engranada que se dispara y autoexacerba, haciendo creer a la persona que carece de recursos para sanar. Sin embargo,  los trastornos de ansiedad –según cuáles sean los factores que la originan, activan y mantienen– pueden curarse o no. En caso de poder curarse de forma definitiva, los pacientes con tratamientos adecuados pueden mejorar mucho y llevar una vida normal.

Tipos de trastornos de ansiedad

La ansiedad patológica se manifiesta en los trastornos que explicamos a continuación:

  • Trastorno de pánico: aparecen episodios de intenso miedo acompañados de dolor en el pecho, palpitaciones, falta de aire, mareos o dolor abdominal. Vienen los malestares de forma inesperada y se repiten sin saber exactamente la causa que la origina. La preocupación continua por evitar los ataques de pánico cambia las costumbres de quienes lo padecen que basan su vida en la evitación y la dependencia de ciertas personas o sustancias que los relajen y inspiren confianza.
  • Trastorno obsesivo compulsivo (TOC): se manifiesta con pensamientos negativos recurrentes e incontrolados y acciones repetitivas, reglas o ritos que intentan aliviar la ansiedad que producen estos pensamientos. Las personas con TOC reconocen que sus obsesiones (pensamientos) y compulsiones (ritos) no tienen sentido, pero no pueden ignorarlas, ni frenarlas.
  • Trastorno de estrés postraumático (TEPT): puede aparecer de inmediato, tras varias semanas e incluso años de un acontecimiento aterrador (violación, catástrofes naturales, pérdidas de seres queridos, mutilaciones…). Las personas con estrés postraumático sufren de pesadillas y mantienen recuerdos vividos del incidente que se les aparecen de forma involuntaria en disímiles situaciones.
  • Trastorno de ansiedad social: se desencadena cuando la persona debe estar junto a otros conocidos o desconocidos. Son individuos que sufren en las fiestas, reuniones familiares y con amigos porque imaginan ser el centro de las miradas, burlas, críticas y comentarios. Si tienen que hablar en público, pedir algo o comentar algo a desconocidos también sienten angustia. Su  pavor de ser juzgados o hacer el ridículo ante los demás es muy alto.
  • Trastorno de ansiedad generalizada: es el trastorno más común y quienes la padecen permanecen constantemente preocupados por todo y siempre esperan lo peor. Perciben las situaciones de forma negativa y desproporcionada. Sus miedos le producen cansancio, fatiga crónica y sensación de no tener control alguno sobre sus vidas.
  • Fobias: se reconocen como el temor exagerado e irracional a situaciones o estados que no son de riesgo para el resto de las personas. Algunas de las fobias y que a veces se dan combinadas pueden ser agorafobia, hidrofobia, claustrofobia, miedo a volar, fobias específicas a determinados animales, objetos, la oscuridad, etc.

¿Cómo saber si padeces algún trastorno de ansiedad?

Según las estimaciones realizadas por instituciones que investigan los trastornos psiquiátricos, se cree que en los próximos años el 18% de los mexicanos desarrollará un trastorno de ansiedad, en especial las mujeres. Los trastornos de ansiedad más comunes son las fobias específicas (7,1% de la población ha presentado alguna crisis de este tipo) y la fobia social (4,7% de de aquejados al menos una vez en su vida).

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Para saber si padeces un trastorno de ansiedad debes ir con tu médico de cabecera, quien tras hacerte un cuestionario te debe remitir a un psicólogo o psiquiatra; según lo crítico que sea la situación.

En Internet encontrarás varios tests que evalúan signos físicos, cognitivos y de comportamiento; pero estos test no son del todo fiables en tus propias manos, pero puedes usarlos como punto de partida si crees que padeces algunos de los trastornos explicados.

Dieta para reducir la ansiedad

Determinados alimentos aumentan la producción de serotonina, un neurotransmisor mensajero del bienestar y la relajación. Esos alimentos, ricos en triptófano, que es el precursor de la serotonina, no deberían faltar en la dieta anti-ansiedad.

  • Lo que no deben consumir las personas ansiosas son bebidas con teína o cafeína y el alcohol.
  • Lo que les hace bien a las personas con ansiedad son los  alimentos ricos en las vitaminas del grupo B, los alimentos ricos en magnesio, con abundante vitamina C y ácidos grasos esenciales.

Los alimentos que podríamos llamar ideales son los plátanos, las nueces, la avena y la lechuga.

Las bebidas que hacen bien y ayudan a prevenir la ansiedad son las infusiones sedantes tales como la hierbaluisa, la valeriana, la manzanilla, la tila y lavanda.

Junto a una dieta equilibrada en nutrientes, que puede combinarse con el consumo de complementos nutricionales, es conveniente mantener un estilo de vida saludable en general.

Consejos para reducir los trastornos de ansiedad

Además de una dieta equilibrada y rica en alimentos promotores de serotonina, ciertos hábitos saludables ayudan a evitar las crisis de ansiedad.

La práctica frecuente y moderada de deportes (Yoga, Taichi, Pilates); el descanso cuando lo necesitamos; dormir la cantidad de horas necesarias; organizar nuestras vidas para gestionar mejor el tiempo; pedir ayuda para la toma de decisiones a personas con el pensamiento lógico desarrollado y de nuestra absoluta confianza; relacionarnos con los demás en el presente y olvidando culpas y errores pasados; hacer meditación; observar nuestros pensamientos negativos y sustituirlos por afirmaciones que nos restauren confianza en nuestra capacidad para sanar y vivir en equilibrio; leer libros de humor y autoayuda.

Las personas ansiosas deben buscar prácticas que los anclen en el presente y refuercen sus emociones sus positivas: bailar, cursos, hacer manualidades, pintar, componer, deportes sociales…

Los trastornos de ansiedad son superables. En caso de la sospecha de estar ansioso o malestares similares a los comentados, busque ayuda profesional cualificada que potencie su capacidad innata de sanar.

Psicólogos de México expertos en Ansiedad


Autor: © PSIGUIDE