Berenice Hinojosa Mendoza Analista funcional con enfoque conductual contextual

Terapia: Individual, Parejas. Dirigido a: Adultos

Acompañamiento psicológico profesional desde el análisis de la conducta, con estrategias basadas en evidencia y orientación contextual

Soy psicóloga clínica con formación especializada en el análisis del comportamiento humano y en la aplicación de estrategias de intervención conductual contextual. Desde hace casi dos décadas, me dedico a acompañar personas que desean comprender y transformar patrones de conducta que, en su contexto actual, han dejado de ser útiles o generan consecuencias negativas en su vida cotidiana. Trabajo desde la psicología basada en evidencia, con herramientas científicas que permiten identificar cómo se forma y mantiene una conducta, y qué condiciones específicas deben modificarse para generar un cambio real y sostenible.
Mi enfoque se centra en entender el comportamiento dentro del contexto en el que ocurre. Esto significa que no me limito a mirar los síntomas o lo que “no funciona”, sino que analizo cuidadosamente las condiciones en las que se presentan ciertas respuestas, cómo se han aprendido a lo largo del tiempo, qué las refuerza o las mantiene activas, y cómo se relacionan con los objetivos y valores de cada persona. Esta forma de intervenir no busca etiquetar ni reducir la experiencia humana a un diagnóstico, sino observar con precisión lo que está ocurriendo, para intervenir con estrategias concretas, ajustadas y funcionales.
Trabajo con personas que atraviesan distintas formas de malestar emocional y conductual. Algunas llegan con una sensación constante de estar desbordadas, agotadas o atrapadas en patrones que se repiten. Otras se enfrentan a dificultades para poner límites, tomar decisiones, organizar su día a día, dormir, o mantener relaciones estables. También atiendo a quienes viven con una sensación de insatisfacción persistente, pero no saben cómo nombrarla ni por dónde empezar a cambiar. En todos los casos, mi labor es identificar las condiciones que mantienen ese malestar y colaborar en la construcción de respuestas más eficaces, sostenibles y coherentes con lo que la persona quiere lograr.
El proceso comienza con una evaluación funcional: una exploración cuidadosa del problema, enfocada en identificar qué lo provoca, qué lo mantiene y qué consecuencias tiene. A diferencia de otros enfoques que se basan en la interpretación subjetiva, en la historia familiar o en etiquetas diagnósticas generales, la evaluación funcional permite entender la conducta como una forma de interacción entre la persona y su entorno, con un propósito determinado. Una vez entendido este patrón, diseño una intervención personalizada, que tiene como objetivo modificar variables clave del contexto, desarrollar nuevas habilidades o formas de responder, y generar cambios observables y sostenidos en el tiempo.
No aplico técnicas genéricas ni modas terapéuticas. Mi trabajo se basa en modelos científicos de intervención conductual, como la terapia cognitivo-conductual, la perspectiva contextual, y el uso de herramientas provenientes del análisis aplicado de la conducta. Todo lo que aplico tiene respaldo empírico y se adapta a la situación particular de cada persona. Esto significa que no ofrezco consejos abstractos ni intervenciones superficiales, sino estrategias claras, técnicas específicas y una ruta estructurada para alcanzar los cambios que se buscan.
En cada proceso terapéutico que conduzco, sostengo un compromiso ético profundo. Entiendo que llegar a consulta no es sencillo, y que muchas personas lo hacen después de años de malestar o frustración. Por eso, mi objetivo es ofrecer un acompañamiento profesional en el que cada paso esté guiado por la evidencia, la claridad y el respeto. No prometo soluciones mágicas ni resultados inmediatos, pero sí garantizo un trabajo serio, técnico y orientado a resultados funcionales. Cada intervención tiene un propósito definido: ayudar a que la persona recupere dirección, agencia y herramientas para responder de forma más útil a lo que vive.
Mi formación también incluye experiencia docente y capacitación de profesionales en psicología clínica, lo que me permite mantenerme actualizada y al mismo tiempo traducir la complejidad teórica en acciones comprensibles y aplicables. He formado a terapeutas, psicólogos y estudiantes en modelos de intervención basados en evidencia, y colaborado en procesos de actualización clínica que promueven una práctica más rigurosa, crítica y respetuosa con las personas. Esta experiencia también enriquece mi práctica, ya que me obliga a mantener una reflexión constante sobre lo que hago, cómo lo hago y para qué lo hago.
Trabajo desde una mirada profundamente humana, pero sin renunciar al rigor técnico. Creo que la psicología clínica debe ser clara, ética y útil. Creo también que muchas veces lo que llamamos “problema” no es otra cosa que una forma aprendida de responder, que en su momento fue necesaria, pero que hoy ya no resulta funcional. Cambiar esa respuesta no siempre es fácil, pero es posible si se comprende cómo funciona y qué la sostiene. Ese es el corazón de mi trabajo: analizar con precisión, intervenir con estrategia y acompañar con profesionalismo.
Si estás atravesando una etapa donde lo que haces, sientes o decides ya no te está funcionando como antes, es probable que haya algo importante que pueda observarse, entenderse y modificarse. El cambio no siempre es inmediato ni lineal, pero cuando se trabaja con herramientas claras, acompañamiento técnico y una dirección definida, es posible transformar patrones, construir nuevas respuestas y vivir con mayor coherencia y estabilidad

Tratamientos:

Especialidades:

Idiomas que habla: Español

Sesión: 800

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